/ miércoles 11 de mayo de 2022

Sandybel no se ha sentido discriminada por conducir un Tuzobús

Reconoce que a veces es agredida verbalmente por automovilistas, pero en la mayoría recibe tratos amables

Sandybel Jacobo Cerón es una delas dos mujeres que operan unidades del sistema de transporte público metropolitano conocido como Tuzobús. Desde hace dos años labora como conductora y aunque reconoce que es una actividad predominante en los varones, las mujeres pueden hacer las mismas funciones.

Con una trayectoria de más de 21 años en el volante, Sandybel reconoce que el Tuzobús ha sido su primera experiencia en el transporte de pasajeros, pues antes de ello trabajó en diferentes compañías de transporte de carga manejando tráileres.

“La verdad ha sido una grata experiencia, porque aquí no manejo sola y hasta algunos pasajeros son agradecidos y regalan cosas por el buen servicio que les damos”, dijo la conductora de Tuzobús, quien labora casi todos los días a la semana en el transporte público en horarios variados, pues un día puede conducir las alimentadoras como otro en las troncales.

Aunque intentó trabajar en el transporte de pasajeros, fue discriminada, ya que recordó que en Autobuses del Valle del Mezquital (AVM) no le permitieron laborar por ser mujer y por ello probó suerte en el Tuzobús, donde después de aprobarlos exámenes teóricos y prácticos se integró a la plantilla de más de 200 trabajadores que integran el sistema.

Para Sandybel, el transporte público es una vocación, en donde a veces recibe agresiones verbales por parte de algunos automovilistas, pero en la mayoría de las ocasiones recibe tratos amables tanto de sus compañeros como de los pasajeros y por ello también busca brindarles un servicio de calidad.

“Ha sucedido que en ocasiones se suben ciertos pasajeros en estado de ebriedad y les tenemos que decir que se bajen, pero la mayoría de la gente es respetuosa”, relató la operadora, quien debe cumplir con su jornada laboral de ocho horas, en las que realiza alrededor de seis vueltas dependiendo el servicio que opere.

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Además de que manejar es una pasión, su familia se siente orgullosa de ella, e incluso su hija desea dedicarse a la conducción de unidades pesadas como su madre, por lo que después de cumplir con su jornada laboral busca pasar un momento libre o de esparcimiento con su familia.

Dice que desea seguir trabajando como operadora de transporte público, pues aunque ya no puede recorrer el país, ahora puede conocer más personas.

Sandybel Jacobo Cerón es una delas dos mujeres que operan unidades del sistema de transporte público metropolitano conocido como Tuzobús. Desde hace dos años labora como conductora y aunque reconoce que es una actividad predominante en los varones, las mujeres pueden hacer las mismas funciones.

Con una trayectoria de más de 21 años en el volante, Sandybel reconoce que el Tuzobús ha sido su primera experiencia en el transporte de pasajeros, pues antes de ello trabajó en diferentes compañías de transporte de carga manejando tráileres.

“La verdad ha sido una grata experiencia, porque aquí no manejo sola y hasta algunos pasajeros son agradecidos y regalan cosas por el buen servicio que les damos”, dijo la conductora de Tuzobús, quien labora casi todos los días a la semana en el transporte público en horarios variados, pues un día puede conducir las alimentadoras como otro en las troncales.

Aunque intentó trabajar en el transporte de pasajeros, fue discriminada, ya que recordó que en Autobuses del Valle del Mezquital (AVM) no le permitieron laborar por ser mujer y por ello probó suerte en el Tuzobús, donde después de aprobarlos exámenes teóricos y prácticos se integró a la plantilla de más de 200 trabajadores que integran el sistema.

Para Sandybel, el transporte público es una vocación, en donde a veces recibe agresiones verbales por parte de algunos automovilistas, pero en la mayoría de las ocasiones recibe tratos amables tanto de sus compañeros como de los pasajeros y por ello también busca brindarles un servicio de calidad.

“Ha sucedido que en ocasiones se suben ciertos pasajeros en estado de ebriedad y les tenemos que decir que se bajen, pero la mayoría de la gente es respetuosa”, relató la operadora, quien debe cumplir con su jornada laboral de ocho horas, en las que realiza alrededor de seis vueltas dependiendo el servicio que opere.

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Además de que manejar es una pasión, su familia se siente orgullosa de ella, e incluso su hija desea dedicarse a la conducción de unidades pesadas como su madre, por lo que después de cumplir con su jornada laboral busca pasar un momento libre o de esparcimiento con su familia.

Dice que desea seguir trabajando como operadora de transporte público, pues aunque ya no puede recorrer el país, ahora puede conocer más personas.

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