El productor Miguel Jiménez Moreno dice que al estar en peligro de extinción la planta magueyera, se ha encargado de cultivarlo en Singuilucan.
“Se está acabando y por eso que estamos tratando de que en este municipio le echemos ganas para rescatar al maguey, pues produce más oxígeno incluso que los árboles; con ello se evita la erosión de la tierra y tiene muchos beneficios”
Desde hace una década produce la planta en dos hectáreas, y el destino final es para pulque o bien para aprovecharlo para cercar parcelas o además para repoblar zonas que antes tenían la vocación magueyera y ésta se fue perdiendo.
Comenta que un maguey de 20 centímetros a los tres años suele llegar a alcanzar un metro: “Pero si es bien atendido el maguey me refiero a abonarlo con batería orgánica ni químicos entonces en un año ya podemos ofrecerla”
Su plantación de especies: chalqueño, manso y xamini y se está repoblando con ellas, algunas partes de Estado de México y los alrededores de Singuilucan.
“En tres años se llega a tener hasta diez mil plantitas, los beneficios en tres años, y a sus hijuelos se les vuelve a plantar”
Si quisiera cambiar de vocación la tierra cuando decida ya no plantar maguey, quedará rica en vitaminas y nutrientes, será muy fértil para cualquier cultivo que podría dar unas súper cosechas
“Soy de los pocos productores, somos contados, apenas unos 15, pero con bastante amor a nuestro maguey en Singuilucan”
EL DATO
CHALQUEÑO, MANSO Y XAMINI