En Tulancingo persiste la costumbre de vestir a niños con atuendo indígena, afirma el artesano Erik Cruz, ya sea por manda, favor solicitado a la Virgen de Guadalupe o por gusto, en sí, cuestión de fe.
Los devotos deberán gastar, por ejemplo, en el atuendo talla chica, para niña, unos 260 pesos: 130 de la falda, blusa y trenzas, 30 pesos del chal, 60 de los huaraches y 30 de la canasta, y ya si quieren agregarle accesorios, puede alcanzar los 300 pesos. La talla mediana y grande son más caras.
Para niño, talla dos, 130 pesos que incluye: pantalón, camisa y faja, en tanto huaraches cuestan 60 pesos, paliacate 30 y huacal 30, al igual que el sombrero. En total, unos 280 pesos.
El entrevistado comentó que las blusas y camisas son bordadas a mano y el trabajo es artesanal; en una penda pueden invertir hasta cuatro horas.
La producción de este tipo de prendas, dijo el informante, comienza al menos tres meses antes de la celebración, a fin de que llegado el momento cuenten con las suficientes para vender.
Al menos los artesanos provenientes de Acaxochitlán, comentó, siguen con la elaboración y venta de este tipo de ropa de generación en generación.
Estimó que en Tulancingo, donde comercializan su producto, sí está arraigada la costumbre de vestir a los niños con este tipo de atuendos.
Consideró que será a partir de este viernes que comience el movimiento de clientes, pues primero preguntan y comparan precios.