En el marco del Día Internacional de la Mujer, un aproximado de 200 mujeres, entre adultas, jóvenes, niñas y perros marcharon de manera pacífica por el primer cuadro de la ciudad de Tulancingo la mañana de ayer exigiendo igualdad y justicia. Al concluir la protesta, realizaron un tendedero de denuncias sobre los distintos casos de abusos en la ciudad, destacando los referentes a la secundaria general dos.
Gritos como "Ni una más, ni una más", "Mujeres de Tulancingo la lucha sigue y sigue", "El que no brinque es macho", "Vivas nos queremos", "Con falda o pantalón respétame cabrón", "Hay que abortar este sistema patriarcal", "Jorge Márquez queremos un Tulancingo seguro para las mujeres", fueron algunas de las más mencionadas en la marcha separatista.
Al concluir la marcha, retornaron a su punto de reunión en la casa de cultura Ricardo Garibay, donde las mujeres revolucionarias que acudieron a la convocatoria de la colectiva feminista “Mujeres del Tule”, leyeron algunas de las denuncias de acoso y vulneración de sus derechos.
En entrevista, la vocera de la colectiva Mujeres del Tule, “Morry” como es nombrada, expuso que 10 de 10 casos de acompañamiento y asesoramiento que llegan a la colectiva son ligados a la violencia intrafamiliar, de los cuales el 50 por ciento decide actuar de manera legal.
Expuso que en el último mes del año acompañó de manera personal a 14 mujeres víctimas de este tipo de violencia, inclusive dijo, les han referido a mujeres de Singuilucan, Actopan y Tula de Allende.
Respecto al tema de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), dijo que aún dan acompañamiento, pues las instituciones de salud siguen revictimizando a las mujeres antes de darles el servicio, razón por la que se sigue practicando con pastillas.
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Concluyó diciendo que el motivo de la marcha fue en honor a todas las mujeres que han perdido la vida a causa de manos violentas, como el presunto feminicidio que se dio a saber el pasado mes de febrero en el que una abuelita y su nieta fueron encontradas sin vida en una fosa clandestina. “Ya no es algo que escuchamos, es algo que vivimos en Tulancingo”, dijo.
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