Para Don Domingo Díaz Martínez, Arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo muchos de los migrantes, “están dispuestos a sufrir”, y aunque se sabe, no quieren dejar su tierra, se ven obligado a ello. La pobreza que viven en sus lugares de origen, orilla a la situación.
A los migrantes los han dejado solos, y esa añeja práctica debe romperse, cita.
Continuó: “Dicen los que migran que el campo está olvidado, y entonces aseveran: vamos a ver qué pasa, se aventuran aun sabiendo los riesgos”.
La solución a este fenómeno migratorio debe darse ya por parte de las autoridades; preocupan los actos de racismo que se están viviendo, sobre todo en Estados Unidos.
Ojalá se sepa qué hacer con este problema, y que se consoliden acciones respetando al otro, al que sueña, al que busca otro entorno, agregó el entrevistado.
“Se deben compartir los bienes en forma organizada e inteligente, promover compartir su estructura económica”
El tema migratorio es complejo, reconoció, se relaciona a la falta de oportunidades en sus lugares de origen, y por ello deciden emprender la búsqueda de éstas, en otros países, sin embargo, se enfrentan a actos racistas y además donde hay quienes piensan que lo que tienen no debe ser compartido, refiere
“La riqueza no es para unos cuantos es para todos, y no solo los bienes materiales sino espirituales”
“En algunos países no se ha entendido eso; se cierran al problema; están excluyendo a los pobres y a los migrantes para hacerlos más manejables”
Agregó que un pueblo con hambre es un pueblo difícil “todavía ahorita la gente, los migrantes, están siendo respetuosos”, finalizó.