Hay menor disponibilidad de magueyes en Hidalgo para colectar chinicuiles, extraer aguamiel o usar sus hojas para la barbacoa, ximbo y mixiotes, pero en contraparte, “el Covid-19 disparó el consumo de pulque y hay 20 destiladoras artesanales de esa bebida y tres marcas registradas”, informó el investigador del Colegio de Hidalgo, Edgar Iván Roldán Cruz.
La realidad, afirmó, es que hoy hay 200 veces menos hectáreas de cultivo que en el porfiriato cuando había 300 mil hectáreas cultivadas de la planta y ahora solo son mil 500, además que un productor no le ve un beneficio económico en el corto y mediano plazo, para su aprovechamiento.
Debido a que un maguey tarda 10 años en producir aguamiel, antes de ese tiempo le cortan sus pencas para venderlas y eso disminuye la cantidad de la bebida, otro factor es que para sacarle los chinicuiles “los depredadores rompen la roseta, la desprenden del suelo y queda en total desprotección”, lo que arruina por completo la extracción del líquido.
Si a una planta se le permite su germinación dará cinco kilos de semillas, la de color negro es la mejor, las blancas no son tan viables, diferenció, pero como eso lleva años, la gente prefiere los hijuelos que nacen del suelo que “son una copia de la madre” y consigo llevan la carga genética de algún agente externo que les haya afectado, lo que no augura buena señal.
El investigador descartó que en Hidalgo haya un déficit de magueyes, más bien “no es la misma disponibilidad que hace 10 años” y habló que existe una demanda de sus derivados o lo que se le puede aprovechar, pero que no se satisfacería debido a que han disminuido los viveros, no hay una certificación y no hay un protocolo de rastreabilidad de la planta.
Aunque el escenario descrito se podría mejorar si el gobierno promoviera la distribución de semillas según las regiones del estado, como un aspecto para que haya mayor disponibilidad.
Pero dentro de todo lo anterior, hay otra vertiente que es el lado positivo de la pandemia, porque se “disparó el consumo de pulque” y de ser muy pocas las destiladoras que había, actualmente sabe de 20 y tres marcas que tramitaron su registro y están en San Agustín Tlaxiaca, Cardonal y Apan.
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Esto da cuenta que hay quienes idearan formas para abastecer su demanda, sembrando magueyes, especialmente la que por excelencia es óptima para el aguamiel, la denominada “Salmiana” que lleva de ocho a diez años para su explotación, estimó.