Los juegos son en esencia actividad lúdica surgida de la vivencia tradicional y condicionada por la situación social, económica, cultural, histórica y geográfica; hacen
parte de una realidad específica y concreta, correspondiente a un tiempo determinado, por lo que para el sociólogo egresado de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, Carlos Mejía Reyes, no se puede etiquetar como “tradicionales” a los del pasado, tuvieron su vigencia para ese momento.
El catedrático de la Universidad Pedagógica Nacional en Hidalgo, con sede en Pachuca, recomendó que los padres y madres de familia de este milenio, combinen en el horario de esparcimiento de sus hijos, los juguetes actuales (consolas, descargas de videojuegos) con los que son de manera presencial.
Los juguetes que ahora conocemos como “tradicionales” porque los evaluamos desde este punto de vista contemporáneo, cumplieron su función particular, los había individuales y los colectivos, y “tenían la intención de hacerlos participar o colaborar a prácticas que podían ser útiles en un futuro de esa niñez, a cumplir papeles muy específicos. Los instruían en habilidades muy puntuales como la cooperación, que tenían que ver con la domesticidad o el espacio público”.
Ahí está en México la Lotería, que “enseñaba rasgos míticos o simbólicos de esa sociedad, o también rasgos de moralidad como la de Serpientes y Escaleras, o la competencia a partir de habilidades con el yo-yo o las canicas”.
Actualmente los juguetes digitales o del presente “cumplen un papel de familiarizarlos a dinámicas a distancia por ejemplo, colaborar a distancia con gente de otros estados o de países, y que corresponden, -no es casualmente-, a parámetros laborales que permiten esas prácticas colaborativas a distancia”.
Así un juego o juguete es un objeto cultural, “contribuyen a las prácticas tacitas en el tipo de sociedad en el que se establecen y también tienen esas cargas éticas o morales o valorativas, porque cada grupo considera viables mostrarles de una forma variada didáctica y pedagogía de esos juegos, atiendes necesidades específicas”.
Otro ejemplo son las muñecas de antes, tenían su función de poner en práctica la maternidad, y las de ahora tienen esa carga, pero con el cuidado de la moda, la belleza, “porque las practicas contemporáneas parece que así lo exigen”.
Por todo lo anterior, sugirió que los paterfamilias pongan mucha atención en que los juegos sean acordes a la edad de sus hijos, lean los instructivos y advertencias, que no permanezcan muchas horas inmóviles frente a una pantalla, monitor o dispositivo, que propicien el esparcimiento con otros pares de su misma edad en los espacios públicos bajo su observación, especialmente por su salud física.