Uno de los elementos innegables que dan identidad a la cosmovisión tulancinguense, es el legado comercial que se ha heredado a través de generaciones y que enmarcan distintos linajes.
Grupos de hermanos, de padres a hijos, de tíos a sobrinos, el árbol genealógico de varias familias en esta ciudad se sembró sobre el comercio y principalmente, sobre el comercio del centro de Tulancingo, epicentro en ventas de diferentes artículos desde antes de la llegada de los españoles, según lo enuncian crónicas municipales.
Los Mejía son una de esas familias. Originarios de Tulancingo, seguramente los visitaste en alguna ocasión: conocidos por la barbacoa, son un linaje de 13 hermanos de los cuales la mitad, enfocaron su vida y labor al arte de la carne cocida en horno de tierra. Uno de sus puestos está en el Mercado Gilberto Gómez Carbajal, a escasos metros del famoso Cristo Quemado o Cristo Negrito.
Ahí trabaja Gregorio, “el más chico de los Mejía”. Él refiere que su hermano, Silvano Mejía, fue de los que iniciaron con la tradición junto con su padre, quien en 1950 emprendió en el negocio de los borregos.
“Aparentemente la familia Mejía somos lo máximo en barbacoa aquí en Tulancingo, yo empecé desde los ocho años y ahora en esto ya están mi familia, mis sobrinos. Estamos para servirles y seguir la tradición”, exclamó.
También en el mercado, pero cruzando la calle de Primero de Mayo para entrar por el “Benito Juárez”, encontramos a los Campillo, expertos en la carne y en las pollerías. En este mercado abundan, pues hay al menos cuatro locales con este apellido, divididos entre venta de pollo en canal o bien, carne de res y de cerdo.
Con 15 años de trayectoria, el joven José Luis refiere que específicamente este local tiene 35 años, pero la tradición carnicera empezó desde hace varias generaciones, cuando su abuelo arrancó vendiendo en un pequeño negocio.
“Empezamos por herencia, viene desde el abuelo que empezó aquí en Tulancingo, pero nosotros tenemos 35 años. Desde siempre hemos estado aquí”, cuenta José Luis. Cabe mencionar que en dicho establecimiento, fácil de ubicar porque es la primera carnicería que vemos cuando caminamos por el mercado Juárez, siempre atiende la familia completa.
Como mención honorífica tenemos a los Hermanos Toriz, conocidos por dedicarse a la cerrajería y despachar en la contraesquina de la primaria Martin Urrutia, sobre la calle Juárez; o los Yañez y Durán, dedicados al mantenimiento automotriz desde hace varias décadas.