TEPEJI DEL RIO, HGO.-Más de doscientos niñas y niños que viven en comunidades alejadas y marginadas de este municipio, no cuentan con servicio de electricidad y sin señal de telefonía, en sus respectivos hogares, por lo que tienen que caminar más de cinco kilómetros para ir a una papelería de una localidad a recoger sus tareas escolares.
Así estudian infantes de la comunidad Las Colonias en San José Piedra Gorda, quienes tienen que recorrer a pie dicha distancia, en ocasiones acompañados de sus padres, cada quince días.
Debido a la contingencia del coronavirus, las clases ahora son virtuales, en línea vía internet, por televisión, radio o celular, sin embargo, estas no son opciones para las decenas de niñas y niños que habitan en las comunidades más apartadas de Tepeji del Río.
En Las Colonias viven unas cincuenta familias, muchas en la punta y en las faldas de los cerros, donde los servicios básicos aún no han llegado, y para subir a las viviendas es por una vereda entre piedras y atravesando algunas milpas de cultivo.
La falta de servicios no ha sido una limitante para los menores de edad que desean estudiar, por ello, los padres de familia, maestros y vecinos de la comunidad, implementaron un buzón que se instala cada quince días en la escuela para dejar las tareas y en la papelería de la comunidad, ahí los maestros dejan cuadernillos de trabajos los cuales ahí mismo son fotocopiados y posteriormente son regresados para revisión.
“Bajamos a la papelería y recogemos las tareas y regresamos en dos semanas para entregarlas y volvemos a recoger otro cuadernillo, y así es cada quince días” señaló al respecto, Esmeralda Cerón Martínez, madre de familia.
Por esto, la papelería de la comunidad está abierta todos los días y hasta alta horas de la noche.
“No podemos cerrar pronto pues los maestros nos dejan los trabajos para los niños y aquí mismo le sacamos las copias, porque en la mayor parte del pueblo no hay internet” dijo María Ofelia Jiménez, encargada de la papelería del pueblo.
En la comunidad solo existe un cibercafé con tres computadoras para igual número de comunidades aledañas, sin embargo, cuando llueve la señal del servicio de internet se va constantemente.
Los infantes o paterfamilias bajan de lo más alto del cerro a las escuelas del nivel básico a entregar las tareas y son más de cinco kilómetros de distancia que recorren caminando por veredas ya que no hay camino.
“Me hago una hora y media de camino, para ir a dejar las tareas”, indicó Magali Flores Doniz, estudiante de secundaria.
Esta modalidad de clases a distancia, para algunos padres de familia la han calificado como una buena opción, ya que sus hijos no tienen que caminar los cinco kilómetros todos los días.
“Lo único malo es que algunos temas no los entienden y pues no hay nadie quien les explique y se quedan sin aprenderlos” indicó María Doniz.
Sin embargo, las niñas y niños prefieren las clases presenciales, sin importar que tienen que recorrer diariamente a pie varios kilómetros, mientras tanto las tareas las hacen en medio del campo, ya que al interior de sus casas no cuentan con luz.
DATO
Padres de familia, maestros y vecinos implementaron un buzón que se instala cada quince días en la escuela para dejar las tareas y en la papelería de la localidad.
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