Con la pandemia no hay pecados de moda o ligados a esta, es producto de la “debilidad humana” el hecho de que la gente los cometa, afirmó el párroco de la Villita de Pachuca, Tomás Roque Cruz, quien habló sobre las confesiones en tiempos del Covid-19.

Entrevistado al concluir su homilía delas 19 horas, en la que aproximadamente50 creyentes se dieron cita en el templo ubicado en avenida Juárez, guardando la sana distancia, recibiendo gel antibacterial y toma de temperatura, ocuparon un asiento, el representante de Dios, dijo que tiene prohibido hablar de lo que los penitentes le declaran.

Por esa razón, no podía revelar si desde que regresaron las confesiones los martes y jueves a partir de las 19 horas, reconocieron los pecadores que durante el confinamiento fueron más violentos o tuvieron pensamientos suicidas.

“Hay de todo, no podemos decir de qué, no hay pecados de moda, es la debilidad humana y no puedo decir nada sobre ello”, indicó.

En el año 2020, cuando se declaró la pandemia del nuevo coronavirus en el mundo, “bajaron mucho” las confesiones al grado que se suspendió el servicio, pero al dar las autoridades la señal del desconfinamiento empezaron aumentar y nuevamente el penitente puede acudir en dicho horario.

Las instrucciones para hacer correctamente el ejercicio de contricción, refirió que fueron colocadas frente a cada confesionario ubicados a las laterales de la entrada principal a la Villita, en unas columnas están colgando las indicaciones para que pueda confesarse.

Exhortó el párroco que, aprovechen este tiempo para reflexionar y cuando vengan al confesionario “venir con el espíritu de arrepentimiento” porque en estos días la atención es explícita para los penitentes.

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Por lo que se observó, la cabina tiene una ventana pequeña con una malla de plástico verde y como el penitente no habla directamente al padre, el riesgo de contagio no existe, además que en cada confesión, el párroco puede salir o ventilar su área. No es obligatorio usar cubrebocas, al menos no está en los dos instructivos.