/ lunes 2 de abril de 2018

El alucinante mundo de la locura

Tulancingo, Hidalgo.-  Todavía es un misterio para la cienciael origen exacto de los desajustes que detonan la locura, que hoyse le denomina “enfermedad mental”. Se sabe que 50% de lospacientes la adquieren genéticamente. Otras causas son lasadicciones, ambiente social, estrés propio de las grandesciudades, pobreza e inseguridad. El director de Villa Ocaranza, elúnico hospital especializado en salud mental de Hidalgo, médicosiquiatra Octavio Ibarra de León, advierte que Hidalgo ocupa elnoveno lugar nacional en índice de trastornos mentales, comodepresión patológica, esquizofrenia, bipolaridad y trastornos dela personalidad. SO LO 20 pSIQUIATRAS Lo más grave del caso es queen todo el estado solo se dispone de 20 psiquiatras para tresmillones de habitantes. De esos especialistas, 12 se concentran enel Hospital de Ocaranza, ubicado en Villa de Tezontepec, a 15kilómetros de Pachuca, donde desde el año 2010 se experimenta elModelo Hidalgo de Atención a Salud Mental, que sustituyó elantiguo sistema asilar vigente durante 32 años. En este lugar seatiende a cinco mil pacientes de consulta externa, es decir, deentrada por salida, pues solo se cuentan con 23 camas para estanciaque no pueden ser mayores a dos meses. EL PALACIO DEL TERROR Quedóatrás la leyenda de los pabellones de pesadilla en un viejoedificio que hoy está vacío y parece un museo de terror desde sufachada y donde se hacinaban hasta 500 pacientes que se mezclabanen un frenético ir y venir en los asfixiantes pasillos y patios.Las condiciones infrahumanas despertaron protestas de organismosciviles, además de que los maltratos fueron documentados en mediostan importantes como el Washington Post y la BBC de Londres. Losreporteros que visitaron las instalaciones de aquel entoncesrecuerdan que se venían escenas alucinantes, dantescas, depersonas que deambulaban, gritaban, reían, algunas apenasvestidas, muchas descalzas. Ahí se tejían las más escalofrianteshistorias de abandono, descuido, violencia y pérdida total delpudor y la dignidad, en lo que era literalmente un manicomio. Hoyla situación es cambiante en ese nosocomio, donde se disponen dejardines, comedor, habitaciones decorosas y ya no se admitenenfermos que no estén respaldados por familiares. Ya no hay asilopermanente. La estancia en Villas Ocaranza no puede ser mayor a losdos meses y no se admiten indigentes con o sin problemas mentales,sin el respaldo familiar. Los “loquitos” o “dementes”vagabundos, de uno y otro género, andan a su suerte, recorriendocalles, sin ninguna institución que los atienda y causando sololástima y rechazo. VIDA MODERNA DESQUICIANTE Los casos deenfermedad mental crecen en todo el país, pero no así la cantidadde servicios. Hoy en día hay pocos hospitales psiquiátricos: enla Ciudad de México se dispone de dos: el Fray Bernardino Álvarezy José Sayago. Otro en el Estado de México denominado Adolfo M.Nieto, así como en Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Zacatecas, BajaCalifornia Sur e Hidalgo. En ningún otro lugar del país sedispone de esta especialidad con posibilidad de internamiento. Lascifras de la locura son impactantes: 5% de la población requierede atención psiquiátrica y algunos de los enfermos ni siquiera losaben, dice el doctor Ibarra de León. Es el caso de lossociópatas, que mienten, roban, agreden, pero lo consideran comoalgo normal porque no diferencian entre lo bueno y lo malo, inclusodesde niños se les puede identificar porque son los másproblemáticos y se nota que su camino será la cárcel.SUPERSTICIÓN Y BRUJERÍA El doctor Ibarra de León ha visto casosescalofriantes de pacientes que llegan con marcas en las muñecasporque fueron encadenados y encerrados por sus propias familiasdurante años. Esto porque el mundo de las enfermedades mentalesestá marcado por la superstición y la religión. Algunas personasno se creen enfermas sino víctimas de posesiones malignas o debrujerías. Por rigor científico, los médicos nunca se inclinan aaceptar tales teorías, ni de los enfermos ni de sus familiares,dice Ibarra de León. Además, es importante quitar el estigma delos enfermos mentales considerándolos como locos peligrosos, puesla mayoría de ellos son inofensivos, aunque haya casos aislados enque se tornan extremadamente violentos y han afectado hasta a suspropias familias. Lo importante, dijo el experto, es que esténbajo tratamiento y supervisión médica constante. No es baratoporque en algunos casos los medicamentos llegan a costar entre mily dos mil pesos mensuales, lo que se complementa con otrasterapias. En el caso del Hospital Ocaranza, el costo de lasconsultas es de 350 pesos y de un poco más 500 pesos por día deinternamiento. Pero absolutamente gratis el servicio para quienesposeen el Seguro Popular. “NIÑOS QUE SE QUIEREN SUICIDAR” Otrodato que consterna es el hecho de que en los últimos años se hatriplicado el índice de suicidios en todo el país, fenómeno alque Hidalgo no es ajeno. Preocupa todavía más en que el mayornúmero de las víctimas son niños y adolescentes. Actualmente, enHidalgo, es elevada la cantidad de niños que reciben tratamientopor depresión ocasionada regularmente por violencia intrafamiliar,separación de los padres, adicciones, pobreza y bullying. Elcrecimiento constante y permanente de los padecimientosemocionales, reiteró, se debe a las prisas de su vida moderna, eldeseo de competencia y el bombardeo de información que recibe lapoblación a través de las redes sociales, cuyo contenido puedeser perturbador, particularmente para los niños y jóvenes quetienen acceso a la pornografía. ¿Cuándo deben encenderse losfocos de alerta en casos de depresión? Responde la maestra enSicología, Luz María Hernández Zapata. “Cuando los periodos detristeza profunda son más allá de tres meses, cuando hay intentosde suicidio o incluso cuando la persona habla frecuentemente dequitarse la vida”. JÓVENES EN MANOS DE SECTAS Advirtió que losniños y jóvenes que no tienen una identidad familiar y sentido depertenencia pueden caer en manos de sectas, bandas juveniles y elnarco. Ahí es donde debe dar solución la sociedad y el gobiernocon mayores espacios recreativos y un mejor cobijo para losjóvenes y los niños dentro de sus propios hogares. También comopromover opciones sanas de diversión y entretenimiento, así comofomentar los valores que van a menos como el respeto, disciplina,honor, trabajo y estudio. El sicólogo Juan Pablo Hernández Monroycoincidió en que la sociedad no puede permanecer impávida ante elcreciente problema de la enfermedad mental. Todos tienen que hacersu parte, dice, para generar ambientes más sanos, tranquilos, conmenor violencia e intranquilidad, pues de lo contrario la propiasociedad tendrá que lidiar con las consecuencias de las mentesmaltrechas.

Tulancingo, Hidalgo.-  Todavía es un misterio para la cienciael origen exacto de los desajustes que detonan la locura, que hoyse le denomina “enfermedad mental”. Se sabe que 50% de lospacientes la adquieren genéticamente. Otras causas son lasadicciones, ambiente social, estrés propio de las grandesciudades, pobreza e inseguridad. El director de Villa Ocaranza, elúnico hospital especializado en salud mental de Hidalgo, médicosiquiatra Octavio Ibarra de León, advierte que Hidalgo ocupa elnoveno lugar nacional en índice de trastornos mentales, comodepresión patológica, esquizofrenia, bipolaridad y trastornos dela personalidad. SO LO 20 pSIQUIATRAS Lo más grave del caso es queen todo el estado solo se dispone de 20 psiquiatras para tresmillones de habitantes. De esos especialistas, 12 se concentran enel Hospital de Ocaranza, ubicado en Villa de Tezontepec, a 15kilómetros de Pachuca, donde desde el año 2010 se experimenta elModelo Hidalgo de Atención a Salud Mental, que sustituyó elantiguo sistema asilar vigente durante 32 años. En este lugar seatiende a cinco mil pacientes de consulta externa, es decir, deentrada por salida, pues solo se cuentan con 23 camas para estanciaque no pueden ser mayores a dos meses. EL PALACIO DEL TERROR Quedóatrás la leyenda de los pabellones de pesadilla en un viejoedificio que hoy está vacío y parece un museo de terror desde sufachada y donde se hacinaban hasta 500 pacientes que se mezclabanen un frenético ir y venir en los asfixiantes pasillos y patios.Las condiciones infrahumanas despertaron protestas de organismosciviles, además de que los maltratos fueron documentados en mediostan importantes como el Washington Post y la BBC de Londres. Losreporteros que visitaron las instalaciones de aquel entoncesrecuerdan que se venían escenas alucinantes, dantescas, depersonas que deambulaban, gritaban, reían, algunas apenasvestidas, muchas descalzas. Ahí se tejían las más escalofrianteshistorias de abandono, descuido, violencia y pérdida total delpudor y la dignidad, en lo que era literalmente un manicomio. Hoyla situación es cambiante en ese nosocomio, donde se disponen dejardines, comedor, habitaciones decorosas y ya no se admitenenfermos que no estén respaldados por familiares. Ya no hay asilopermanente. La estancia en Villas Ocaranza no puede ser mayor a losdos meses y no se admiten indigentes con o sin problemas mentales,sin el respaldo familiar. Los “loquitos” o “dementes”vagabundos, de uno y otro género, andan a su suerte, recorriendocalles, sin ninguna institución que los atienda y causando sololástima y rechazo. VIDA MODERNA DESQUICIANTE Los casos deenfermedad mental crecen en todo el país, pero no así la cantidadde servicios. Hoy en día hay pocos hospitales psiquiátricos: enla Ciudad de México se dispone de dos: el Fray Bernardino Álvarezy José Sayago. Otro en el Estado de México denominado Adolfo M.Nieto, así como en Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Zacatecas, BajaCalifornia Sur e Hidalgo. En ningún otro lugar del país sedispone de esta especialidad con posibilidad de internamiento. Lascifras de la locura son impactantes: 5% de la población requierede atención psiquiátrica y algunos de los enfermos ni siquiera losaben, dice el doctor Ibarra de León. Es el caso de lossociópatas, que mienten, roban, agreden, pero lo consideran comoalgo normal porque no diferencian entre lo bueno y lo malo, inclusodesde niños se les puede identificar porque son los másproblemáticos y se nota que su camino será la cárcel.SUPERSTICIÓN Y BRUJERÍA El doctor Ibarra de León ha visto casosescalofriantes de pacientes que llegan con marcas en las muñecasporque fueron encadenados y encerrados por sus propias familiasdurante años. Esto porque el mundo de las enfermedades mentalesestá marcado por la superstición y la religión. Algunas personasno se creen enfermas sino víctimas de posesiones malignas o debrujerías. Por rigor científico, los médicos nunca se inclinan aaceptar tales teorías, ni de los enfermos ni de sus familiares,dice Ibarra de León. Además, es importante quitar el estigma delos enfermos mentales considerándolos como locos peligrosos, puesla mayoría de ellos son inofensivos, aunque haya casos aislados enque se tornan extremadamente violentos y han afectado hasta a suspropias familias. Lo importante, dijo el experto, es que esténbajo tratamiento y supervisión médica constante. No es baratoporque en algunos casos los medicamentos llegan a costar entre mily dos mil pesos mensuales, lo que se complementa con otrasterapias. En el caso del Hospital Ocaranza, el costo de lasconsultas es de 350 pesos y de un poco más 500 pesos por día deinternamiento. Pero absolutamente gratis el servicio para quienesposeen el Seguro Popular. “NIÑOS QUE SE QUIEREN SUICIDAR” Otrodato que consterna es el hecho de que en los últimos años se hatriplicado el índice de suicidios en todo el país, fenómeno alque Hidalgo no es ajeno. Preocupa todavía más en que el mayornúmero de las víctimas son niños y adolescentes. Actualmente, enHidalgo, es elevada la cantidad de niños que reciben tratamientopor depresión ocasionada regularmente por violencia intrafamiliar,separación de los padres, adicciones, pobreza y bullying. Elcrecimiento constante y permanente de los padecimientosemocionales, reiteró, se debe a las prisas de su vida moderna, eldeseo de competencia y el bombardeo de información que recibe lapoblación a través de las redes sociales, cuyo contenido puedeser perturbador, particularmente para los niños y jóvenes quetienen acceso a la pornografía. ¿Cuándo deben encenderse losfocos de alerta en casos de depresión? Responde la maestra enSicología, Luz María Hernández Zapata. “Cuando los periodos detristeza profunda son más allá de tres meses, cuando hay intentosde suicidio o incluso cuando la persona habla frecuentemente dequitarse la vida”. JÓVENES EN MANOS DE SECTAS Advirtió que losniños y jóvenes que no tienen una identidad familiar y sentido depertenencia pueden caer en manos de sectas, bandas juveniles y elnarco. Ahí es donde debe dar solución la sociedad y el gobiernocon mayores espacios recreativos y un mejor cobijo para losjóvenes y los niños dentro de sus propios hogares. También comopromover opciones sanas de diversión y entretenimiento, así comofomentar los valores que van a menos como el respeto, disciplina,honor, trabajo y estudio. El sicólogo Juan Pablo Hernández Monroycoincidió en que la sociedad no puede permanecer impávida ante elcreciente problema de la enfermedad mental. Todos tienen que hacersu parte, dice, para generar ambientes más sanos, tranquilos, conmenor violencia e intranquilidad, pues de lo contrario la propiasociedad tendrá que lidiar con las consecuencias de las mentesmaltrechas.

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