El municipio de Santiago de Anaya cuenta con criaderos de animales de la vida silvestre para mantener la tradicional comida gastronómica, donde también ya incluyeron insectos como los chinicuiles y hormigas para la obtención de escamoles.
Así lo informó doña Martha Gómez Aguilar, vecina de la comunidad El Jagüey, quien es representante de la gastronomía de Santiago de Anaya y dio a conocer su preocupación por mantener viva la comida tradicional.
De tal forma que aquí, tienen tres Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (UMA).
Crían conejos, zorrillos, ardillas y hasta Xincoyote, siendo un proyecto que recientemente cristalizó y las cantidades son pocas. Los mismo sucede con la hormiga negra y chinicuiles.
“Si me invitan viajar a otro estado o al extranjero y presentar un guisado con Xincoyote, me traslado a una UMA y lo compro con un permiso para trasladarlo y prepararlo”, indicó al manifestar “el objetivo es tener nuestros propios animales para que no se pierda la flora, fauna y los insectos. De eso nos hemos alimentado y debemos preservarlo".
Ella junto con más mujeres se han organizado y son conocidas como cocineras tradicionales, quienes viajan en diferentes puntos del país para llevar sus guisos con la flora y fauna propia de esta tierra.
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Recordó que “el escamol es uno de los manjares más sabrosos del municipio y de la región Valle del Mezquital, pero son los más caros en cuanto a insectos”.
Este tipo de huevecillo de hormiga color blanco, de aspecto lechoso y rico sabor, contiene proteínas, y suele venderse por medida especial, por ejemplo, la lata de una sardina llena de producto suele costar arriba de los 500 pesos.
Otro de los insectos, también considerado como exótico, son los chinicuiles y el tipo de medida es similar al escamol, con la diferencia que estando tostados cuesta 500 pesos la sardina, mientras que frescos su precio puede aumentar debido a que el peso es mayor.