Albañilería, oficio con también  riesgo de contagio por Covid-19

Trabajadores de la construcción, continúan arriesgando su vida, sin seguridad social ya no solo para cubrir gastos médicos en caso de sufrir un accidente, sino también ahora de un posible contagio de coronavirus. Saben del riesgo que implica su labor como cualquier otro oficio de que la cepa viral llegue a su cuerpo, pues reconocen que no todos usan cubrebocas.

“Yo siento que me asfixio y como subo y bajo en mi trabajo y además cuando estoy con la pala y la mezcla, cargar bultos, los botes pues es bien difícil tenerlo todo el día”, dice Facundo Ordoñez.

El alarife con 30 años en su oficio, comenta que jamás había tenido tanto miedo de una enfermedad. Ya ni siquiera con la influenza que añade: “me dio muy fuerte, pero pues este virus es peor, pero qué le hacemos hay que seguir trabajando”

“Cuando llego a mi casa bien cansado me meto a bañar y a dormir, y al otro día otra vez a la chamba que está muy escasa, con trabajos encontré un segundo piso para echármelo en poco tiempo, pero tuvo que jalarme a dos compañeros y pues andar en la micro, no hay para un auto”

“Siempre hemos sido de los amolados, qué le hacemos hay poco trabajo porque la gente dejó de construir y lo que haya lo agarramos, pero pues ahí no hay de otra”

Inestable e insegura su labor, pues son pocos ingresos, como el caso del maestro Facundo, quien apenas ganará unos 2 mil 500 pesos a la semana: “Tengo que darle a mi chalan unos mil pesos, y de ahí estirar el gasto para atender la alimentación y lo que necesiten mis cuatro hijos y mi esposa”

Añade que sería importante que los albañiles cuenten con IMSS o cualquier otro servicio. “Sabemos que es complicado, pero siempre, siempre, somos de los más jodidos ya no solo por andar en las alturas sin protección, con riesgo de caer o morir electrocutados, ahora por este bicho”

“Solo nos queda ir al Centro de Salud o con un médico particular y ahí se nos va todo el gasto, si nos enfermamos, pero qué pasa si hay un accidente mayor. Qué le hacemos, es trabajo y hay que llevar dinero para comer a la casa y lo peor, no firmamos un contrato”.

“Sabemos que el dueño de la casa que estamos construyendo no nos dará el Seguro u otra prestación, pero cuando se trata de que hay contratistas, ellos llevan buena ganancia y se convierte en un empleador de nosotros”, finalizó.