TLAXCOAPAN, Hgo.- A 136 aumentó el número de víctimas por el estallido en un ducto de Petróleos Mexicanos en la comunidad San Primitivo, el 18 de enero, al fallecer un menor que estaba internado en un hospital de Galveston, Texas. Literalmente sus lesiones eran mortales por necesidad, ya que sufrió graves quemaduras en varias partes del cuerpo. Sus restos llegaron la tarde-noche del miércoles a su lugar de origen, la comunidad de Teltipan de Juárez, perteneciente a Tlaxcoapan.
Minutos después de las siete de la noche, el cuerpo sin vida llegó a bordo de una carroza fúnebre por la entrada del puente de piedra del lado de Tlaxcoapan a dicha localidad, donde ya lo esperaban sus familiares y cientos de habitantes, en su mayoría niñas, niños y mujeres. Con cohetones, música religiosa, aplausos y globos de color blanco que fueron lanzados al cielo, fue recibido el cuerpo del infante de aproximadamente doce años de edad, quien estudiaba en la telesecundaria de esta localidad tlaxcoapense.
En multitudinaria caravana fue llevado hasta su domicilio, para que sus restos fueran velados. Anticipadamente, un motociclista con equipo de perifoneo voceó en el pueblo la llegada de los restos del menor.