/ lunes 14 de febrero de 2022

Berel-Beyle: el hombre trans y judío que vivió su transición en el siglo XIV

El término transgénero se refiere a las personas que tienen una identidad o expresión de género que difiere del sexo que se les asignó al nacer

Se dice que en la antigua Mesopotamia las personas transgénero también asumían papeles religiosos, llamados gala en el periodo sumerio y kugarru o assinu en la fase acadia, eran sacerdotes de la diosa Ishtar, travestidos de mujer, pero estaban convencidos de que la diosa les podía cambiar de sexo.

➡️ Crush, bestie, ganado o novios... ¿Qué tipo de relación tienes?

El término “transgénero” es un concepto occidental y contemporáneo, cuya extrapolación al pasado y a otros marcos culturales es algo complejo, pues cada sociedad ha gestionado la relación entre sexos y géneros en función de sus estructuras de producción, mantenimiento y reproducción de la vida social.

Alguna vez te preguntaste ¿desde cuándo existen las personas trans? Aquí te compartimos la historia Berel-Beyle, un hombre judío que hizo la transición en el Shtettel de Ucrania en el siglo XIV.

Antes de iniciar con la historia, hay que recordar que la década de 1930 en las llamadas Olimpiadas Nazis, la prensa estadounidense se encontraba nerviosa por las atletas que iban a competir en los juegos femeninos y volvían a casa, pero como hombres.

Una de las personas que leyó sobre este nuevo asunto trans, era un anciano inmigrante judío que vivía en Brooklyn llamado Yeshaye Kotofsky, que no estaba de acuerdo con el alboroto, y envió una carta al editor del periódico The Forward contando la historia de Berel-Beyle.

“Todos conocían a Beyle, la chica que vendía arenque... una pelirroja alta... de complexión robusta" que se presentaba como "no del todo una mujer, pero tampoco del todo un hombre”, relataba el adulto mayor.

Por otro lado el padre de Beyle, escribió “la llevó a 'ella' a todo tipo de rabinos en busca de consejos sobre qué hacer... hasta que Beyle cumplió 23 años, se fue a Odessa y conoció a un profesor que ayudó a Beyle en la transición a Berel (o "Beyle-Beyle") como Yeshaya lo llama), y cambió su vida”.

En una poderosa afirmación, Yeshaya, escribiendo en la década de 1930, dice que cuando Berel finalmente regresó a casa, “la mitad del shtetl corrió al puente para saludarla, o mejor dicho, para saludarlo a él”, de hecho, a partir de este momento, Yeshaya solo usa los pronombres él/él para Berel.

Entonces ¿qué fue de Berel-Bayle? Aquí es donde la carta de Yeshaye te hará llorar a cántaros, pues en el siglo XIX, en este shtetl judío en Ucrania, la comunidad de Krivozer acogió a Berel, lo trató como a un hombre y lo recibió en casa.

Los hombres de la comunidad le enseñaron a dirigir las oraciones (algo que solo los hombres podían hacer en ese entonces), y todos celebraron juntos cuando Berel-Beyle finalmente se casó con su antigua novia Rachel.

Este escrito de 1930 termina con un mensaje conmovedor ”Berel-Beyle siempre tuvo un buen nombre como un judío bueno y honrado".


Nota publicada originalmente en El Sol de Hermosillo

Se dice que en la antigua Mesopotamia las personas transgénero también asumían papeles religiosos, llamados gala en el periodo sumerio y kugarru o assinu en la fase acadia, eran sacerdotes de la diosa Ishtar, travestidos de mujer, pero estaban convencidos de que la diosa les podía cambiar de sexo.

➡️ Crush, bestie, ganado o novios... ¿Qué tipo de relación tienes?

El término “transgénero” es un concepto occidental y contemporáneo, cuya extrapolación al pasado y a otros marcos culturales es algo complejo, pues cada sociedad ha gestionado la relación entre sexos y géneros en función de sus estructuras de producción, mantenimiento y reproducción de la vida social.

Alguna vez te preguntaste ¿desde cuándo existen las personas trans? Aquí te compartimos la historia Berel-Beyle, un hombre judío que hizo la transición en el Shtettel de Ucrania en el siglo XIV.

Antes de iniciar con la historia, hay que recordar que la década de 1930 en las llamadas Olimpiadas Nazis, la prensa estadounidense se encontraba nerviosa por las atletas que iban a competir en los juegos femeninos y volvían a casa, pero como hombres.

Una de las personas que leyó sobre este nuevo asunto trans, era un anciano inmigrante judío que vivía en Brooklyn llamado Yeshaye Kotofsky, que no estaba de acuerdo con el alboroto, y envió una carta al editor del periódico The Forward contando la historia de Berel-Beyle.

“Todos conocían a Beyle, la chica que vendía arenque... una pelirroja alta... de complexión robusta" que se presentaba como "no del todo una mujer, pero tampoco del todo un hombre”, relataba el adulto mayor.

Por otro lado el padre de Beyle, escribió “la llevó a 'ella' a todo tipo de rabinos en busca de consejos sobre qué hacer... hasta que Beyle cumplió 23 años, se fue a Odessa y conoció a un profesor que ayudó a Beyle en la transición a Berel (o "Beyle-Beyle") como Yeshaya lo llama), y cambió su vida”.

En una poderosa afirmación, Yeshaya, escribiendo en la década de 1930, dice que cuando Berel finalmente regresó a casa, “la mitad del shtetl corrió al puente para saludarla, o mejor dicho, para saludarlo a él”, de hecho, a partir de este momento, Yeshaya solo usa los pronombres él/él para Berel.

Entonces ¿qué fue de Berel-Bayle? Aquí es donde la carta de Yeshaye te hará llorar a cántaros, pues en el siglo XIX, en este shtetl judío en Ucrania, la comunidad de Krivozer acogió a Berel, lo trató como a un hombre y lo recibió en casa.

Los hombres de la comunidad le enseñaron a dirigir las oraciones (algo que solo los hombres podían hacer en ese entonces), y todos celebraron juntos cuando Berel-Beyle finalmente se casó con su antigua novia Rachel.

Este escrito de 1930 termina con un mensaje conmovedor ”Berel-Beyle siempre tuvo un buen nombre como un judío bueno y honrado".


Nota publicada originalmente en El Sol de Hermosillo

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