/ miércoles 5 de febrero de 2020

Yo soy… Nuvia y voy a… ayudar en la lucha contra el cáncer

La palabra cáncer en el mundo se ha insertado en la psique de la población como un sinónimo de muerte inminente. Y es que, a pesar de los múltiples casos en que las personas han logrado combatir y salir triunfantes de esa terrible enfermedad, las tasas de mortalidad en el mundo son tan preocupantes como si de una plaga se tratase.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, mientras que en 2012 se registraron 14 millones de nuevos casos de personas con cáncer, para 2018 esa cifra aumento a 18 millones. Por su parte, las muertes en 2014 por ese problema de salud fueron de 8.2 millones a nivel mundial, mientras que en 2018 la cifra quedó en 9.6 millones.

En nuestro continente, los tipos de cáncer más diagnosticados fueron: próstata, pulmón, colorrectal, vejiga y estómago en la población masculina; mientras que en mujeres fueron los siguientes: mama, pulmón, colorrectal, tiroides y cervicouterino.

De hecho, en México, la tendencia de los diagnósticos fue similar, sobre todo en los primeros con mayor índice de detección, es decir, una enorme prevalencia de cáncer de próstata en hombres y de mama en el caso de mujeres.

Todos estos datos alarmantes se emiten no con la intención de generar pánico entre la población mundial sino, por el contrario, introyectar conciencia en todas y cada una de las personas que habitamos este planeta, ya que la atención a este flagelo no se trata de medos hospitalarios y medidas gubernamentales tanto como de hábitos y revisión permanente de nuestros organismos.

Estamos hablando que un 25 por ciento de la población masculina y 33 por ciento de la femenina tendrá en algún momento de su vida cáncer, pero ello no implica perder la batalla, ya que muchos de los cánceres detectados son atendibles hasta prácticamente desterrar las células cancerígenas, siempre y cuando se detecte oportunamente.

Desde el año pasado, la Organización Mundial de la Salud, implementó el lema “yo soy…y voy a…”, como un compromiso permanente e individual para luchar contra el cáncer, de tal manera que nos volvamos facilitadores en la atención de nuestros seres queridos que luchan a diario contra esta enfermedad y sus consecuencias.

También, este compromiso implica atender todos los factores de riesgo que llevan a contraer los distintos tipos de cáncer, por lo que todas y todos debemos procurar una alimentación adecuada, ejercitarnos y atender a las necesidades y revisiones de nuestros cuerpos para detectar anomalías.

Quienes nos dedicamos al servicio público, además, debemos asumir el compromiso de aglutinar voces, campañas y acciones positivas para ayudar a quienes menos tienen y que, adicionalmente, tienen la carga del cáncer sobre sus hombros.

Un verdadero luchador social sabe que no debe quedarse en buenas intenciones y emprender las acciones concretas para que a través de organizaciones y asociaciones se enfoquen a atender, pero, sobre todo a prevenir lo que se ha considerado incluso como la pandemia del siglo.

La palabra cáncer en el mundo se ha insertado en la psique de la población como un sinónimo de muerte inminente. Y es que, a pesar de los múltiples casos en que las personas han logrado combatir y salir triunfantes de esa terrible enfermedad, las tasas de mortalidad en el mundo son tan preocupantes como si de una plaga se tratase.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, mientras que en 2012 se registraron 14 millones de nuevos casos de personas con cáncer, para 2018 esa cifra aumento a 18 millones. Por su parte, las muertes en 2014 por ese problema de salud fueron de 8.2 millones a nivel mundial, mientras que en 2018 la cifra quedó en 9.6 millones.

En nuestro continente, los tipos de cáncer más diagnosticados fueron: próstata, pulmón, colorrectal, vejiga y estómago en la población masculina; mientras que en mujeres fueron los siguientes: mama, pulmón, colorrectal, tiroides y cervicouterino.

De hecho, en México, la tendencia de los diagnósticos fue similar, sobre todo en los primeros con mayor índice de detección, es decir, una enorme prevalencia de cáncer de próstata en hombres y de mama en el caso de mujeres.

Todos estos datos alarmantes se emiten no con la intención de generar pánico entre la población mundial sino, por el contrario, introyectar conciencia en todas y cada una de las personas que habitamos este planeta, ya que la atención a este flagelo no se trata de medos hospitalarios y medidas gubernamentales tanto como de hábitos y revisión permanente de nuestros organismos.

Estamos hablando que un 25 por ciento de la población masculina y 33 por ciento de la femenina tendrá en algún momento de su vida cáncer, pero ello no implica perder la batalla, ya que muchos de los cánceres detectados son atendibles hasta prácticamente desterrar las células cancerígenas, siempre y cuando se detecte oportunamente.

Desde el año pasado, la Organización Mundial de la Salud, implementó el lema “yo soy…y voy a…”, como un compromiso permanente e individual para luchar contra el cáncer, de tal manera que nos volvamos facilitadores en la atención de nuestros seres queridos que luchan a diario contra esta enfermedad y sus consecuencias.

También, este compromiso implica atender todos los factores de riesgo que llevan a contraer los distintos tipos de cáncer, por lo que todas y todos debemos procurar una alimentación adecuada, ejercitarnos y atender a las necesidades y revisiones de nuestros cuerpos para detectar anomalías.

Quienes nos dedicamos al servicio público, además, debemos asumir el compromiso de aglutinar voces, campañas y acciones positivas para ayudar a quienes menos tienen y que, adicionalmente, tienen la carga del cáncer sobre sus hombros.

Un verdadero luchador social sabe que no debe quedarse en buenas intenciones y emprender las acciones concretas para que a través de organizaciones y asociaciones se enfoquen a atender, pero, sobre todo a prevenir lo que se ha considerado incluso como la pandemia del siglo.