/ miércoles 12 de agosto de 2020

¿Y si todos nos hacemos responsables?

La pandemia ha exhibido lo vulnerables que somos los seres humanos, pero también se ha dado cuenta de la falta de prevención ante escenarios de este tipo.


Antes de la pandemia, los que tenían posibilidades de hacerlo, no se preocuparon por reunir un ahorro para poder enfrentar tiempos adversos, nadie pensaba en invertir en un seguro de vida o de gastos médicos, incluso ni siquiera nos preocupamos por tener en orden nuestros documentos por cualquier eventualidad catastrófica, ya ni hablar de la seguridad jurídica de nuestros bienes.


Surge un problema aún más desgarrador: el de las miles de familias que hoy no tienen para el sustento de sus hogares, los que perdieron su empleo, los que están preocupados por qué comer mañana, aquellos que hoy, pasaron de ser vulnerables a dos veces vulnerables.


Por eso amigo lector quiero aprovechar este espacio que El Sol de Hidalgo me brinda para hacer una reflexión, imagine que usted es una persona que perdió su empleo, que no cuenta con ningún ahorro, que tiene a su esposa y dos hijos bajo su sustento, que tiene que pagar la renta, la luz, el agua, comprar el gas y la despensa, ¿que haría en esa situación? ¿Qué quisiera que alguien hiciera por usted?


Yo por lo menos no puedo imaginar el dolor de un padre o una madre jefa de familia al saber que sus hijos tienen hambre y no pueden llevar un plato de comida a su casa, o peor aún, la impotencia de no poder comprar medicamento para alguno de sus hijos enfermos.


Hoy por eso mi reflexión, pedirles que si está en sus posibilidades ayudar a quien hoy la está pasando mal, lo hagamos, que dejemos atrás esa sociedad consumista, individualista, egoísta, desigual e injusta para convertirnos en una sociedad solidaria, colectiva, empática y más humana.


Todos en su momento hemos dado nuestro punto de vista respecto a lo mal que ha sido atendida la pandemia por los gobiernos, muchos hemos criticado los mensajes encontrados, la falta de capacidad para atender la contingencia, pero hoy también debemos criticar y observar el actuar de cada uno de nosotros, ¿qué hemos hecho bien? ¿Hemos atendido las recomendaciones de quedarse en casa o si no es posible hacerlo, seguimos todas las recomendaciones del uso del cubrebocas y de la sana distancia?.


Más allá de lo mal que ha actuado el gobierno, también como individuos tenemos una responsabilidad, civil lo que quiere decir que está en nosotros poder contener el número de contagios, hemos visto las distintas actuaciones de la sociedad, mientras que algunas personas se mantienen incrédulas y sin el menor cuidado a su salud, otras más conscientes, atienden todas las recomendaciones y no salen de casa.


Por supuesto que el ayudar no es una obligación moral, es una responsabilidad social y de vida. Como seres humanos sentimos satisfacción cuando recibimos algo, pero también cuando lo ofrecemos. Ayude, hoy por ellos, mañana por nosotros.

La pandemia ha exhibido lo vulnerables que somos los seres humanos, pero también se ha dado cuenta de la falta de prevención ante escenarios de este tipo.


Antes de la pandemia, los que tenían posibilidades de hacerlo, no se preocuparon por reunir un ahorro para poder enfrentar tiempos adversos, nadie pensaba en invertir en un seguro de vida o de gastos médicos, incluso ni siquiera nos preocupamos por tener en orden nuestros documentos por cualquier eventualidad catastrófica, ya ni hablar de la seguridad jurídica de nuestros bienes.


Surge un problema aún más desgarrador: el de las miles de familias que hoy no tienen para el sustento de sus hogares, los que perdieron su empleo, los que están preocupados por qué comer mañana, aquellos que hoy, pasaron de ser vulnerables a dos veces vulnerables.


Por eso amigo lector quiero aprovechar este espacio que El Sol de Hidalgo me brinda para hacer una reflexión, imagine que usted es una persona que perdió su empleo, que no cuenta con ningún ahorro, que tiene a su esposa y dos hijos bajo su sustento, que tiene que pagar la renta, la luz, el agua, comprar el gas y la despensa, ¿que haría en esa situación? ¿Qué quisiera que alguien hiciera por usted?


Yo por lo menos no puedo imaginar el dolor de un padre o una madre jefa de familia al saber que sus hijos tienen hambre y no pueden llevar un plato de comida a su casa, o peor aún, la impotencia de no poder comprar medicamento para alguno de sus hijos enfermos.


Hoy por eso mi reflexión, pedirles que si está en sus posibilidades ayudar a quien hoy la está pasando mal, lo hagamos, que dejemos atrás esa sociedad consumista, individualista, egoísta, desigual e injusta para convertirnos en una sociedad solidaria, colectiva, empática y más humana.


Todos en su momento hemos dado nuestro punto de vista respecto a lo mal que ha sido atendida la pandemia por los gobiernos, muchos hemos criticado los mensajes encontrados, la falta de capacidad para atender la contingencia, pero hoy también debemos criticar y observar el actuar de cada uno de nosotros, ¿qué hemos hecho bien? ¿Hemos atendido las recomendaciones de quedarse en casa o si no es posible hacerlo, seguimos todas las recomendaciones del uso del cubrebocas y de la sana distancia?.


Más allá de lo mal que ha actuado el gobierno, también como individuos tenemos una responsabilidad, civil lo que quiere decir que está en nosotros poder contener el número de contagios, hemos visto las distintas actuaciones de la sociedad, mientras que algunas personas se mantienen incrédulas y sin el menor cuidado a su salud, otras más conscientes, atienden todas las recomendaciones y no salen de casa.


Por supuesto que el ayudar no es una obligación moral, es una responsabilidad social y de vida. Como seres humanos sentimos satisfacción cuando recibimos algo, pero también cuando lo ofrecemos. Ayude, hoy por ellos, mañana por nosotros.