/ jueves 20 de agosto de 2020

Tauromaquia: producto cultural

ACERVO


La cultura es el producto de la actividad humana en su quehacer cotidiano que se materializa en algo visual y que lleva un contenido del afecto, del sentimiento o de la interpretación de lo espiritual. Desde la concepción, la idea, la creación y la reproducción de algo van conformando los valores culturales hasta convertirse para quienes así lo conceptúan en valores y simbolismos que por la acumulación y conservación de los mismos, se difunden, transmiten y circulan de generación en generación y de pueblo en pueblo.

Los productos culturales como la religión, las artes, los usos, costumbres y el folclore son elementos imprescindibles que debe ser considerado en la riqueza del acervo de cualquier sociedad. Independientemente de la idea personal de cada persona, la tauromaquia es innegablemente un producto cultural. Como todo producto cultural a unos les resulta entrañable y para otros les parecerá aborrecible. Así son todos los productos culturales. Son esencialmente subjetivos.

Esto lo traigo a la columna ya que este día se espera la votación en el marco de la última sesión ordinaria del H. Ayuntamiento del Municipio de nuestra capital, misma que confluirá en torno a un proyecto de iniciativa promovido por el Regidor José Luis Zúñiga Herrera, tendente a reformar el artículo 108 del Reglamento para el funcionamiento de establecimientos mercantiles y espectáculos públicos del Municipio de Pachuca de Soto, Hidalgo y que así, eventualmente se prohíba la entrada de menores de 18 años a las corridas de toros celebradas en esta ciudad.

En un amplio contexto, la fiesta de toros en Hidalgo está declarada formalmente como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado y Pachuca, su capital, cuenta desde el año de 1978 con una de las plazas más icónicas de México como lo es la Monumental Vicente Segura, situándose por más de 40 años como uno de los cosos con mayor referencia del mapa taurino mexicano. En su ruedo se han presentado las máximas figuras del toreo nacional e internacional, lidiando a ejemplares de las dehesas ganaderas de mayor prestigio en nuestro país.

Hidalgo es también la entidad federativa con mayores festejos taurinos a lo largo de un año calendario por diversas regiones como el Altiplano, el Valle de Mezquital y de Tizayuca, la región Tula–Tepeji, pero es aquí en la Comarca Minera, en Pachuca, en donde la comunidad taurina hidalguense nos reunimos recurrentemente junto a nuestros hijos, sobrinos, ahijados y nietos menores de edad, para disfrutar de los festejos que se anuncian, sobre todo, los que enmarcan a la tradicional Feria de San Francisco durante octubre de cada año. Aquí en la Bella Airosa recibimos también la visita de la afición taurina de otros Estados, destacando la cercanía geográfica que tenemos con tierras taurinas de prosapia como la Ciudad de México, Puebla, Querétaro, Estado de México, Tlaxcala, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán e incluso de Aguascalientes, Coahuila, Durango, Nuevo León, Jalisco y Zacatecas. Vaya, hasta de las taurinísimas entidades del sureste como Campeche, Quintana Roo y Yucatán. En todos estos Estados y ciudades, existe afición taurina que cuando menos anualmente visita Pachuca y hace importante turismo taurino a lo largo de varios días, teniendo a la niñez como eje central de estas actividades de recreación.

Bajo esta relevancia social, de arraigada cultura, de tradición local, de legítimos usos y costumbres y sobre todo de pleno derecho constitucional en defensa de las minorías, es que no debe perderse de vista que uno de los principales mandatos de ley que tiene un Cabildo, es justamente el de velar por el respeto al derecho ajeno y al buen gobierno de su localidad.

Por tanto, el derecho de las y los mexicanos a la libertad plena como lo mandata nuestra Constitución, en especial la de la niñez taurina pachuqueña, hidalguense y mexicana por añadidura, debe ser garantizado por el Pleno del Ayuntamiento de Pachuca.




Te recomendamos el podcast ⬇️

Spotify

Apple Podcasts

Google Podcasts

Acast

Deezer

ACERVO


La cultura es el producto de la actividad humana en su quehacer cotidiano que se materializa en algo visual y que lleva un contenido del afecto, del sentimiento o de la interpretación de lo espiritual. Desde la concepción, la idea, la creación y la reproducción de algo van conformando los valores culturales hasta convertirse para quienes así lo conceptúan en valores y simbolismos que por la acumulación y conservación de los mismos, se difunden, transmiten y circulan de generación en generación y de pueblo en pueblo.

Los productos culturales como la religión, las artes, los usos, costumbres y el folclore son elementos imprescindibles que debe ser considerado en la riqueza del acervo de cualquier sociedad. Independientemente de la idea personal de cada persona, la tauromaquia es innegablemente un producto cultural. Como todo producto cultural a unos les resulta entrañable y para otros les parecerá aborrecible. Así son todos los productos culturales. Son esencialmente subjetivos.

Esto lo traigo a la columna ya que este día se espera la votación en el marco de la última sesión ordinaria del H. Ayuntamiento del Municipio de nuestra capital, misma que confluirá en torno a un proyecto de iniciativa promovido por el Regidor José Luis Zúñiga Herrera, tendente a reformar el artículo 108 del Reglamento para el funcionamiento de establecimientos mercantiles y espectáculos públicos del Municipio de Pachuca de Soto, Hidalgo y que así, eventualmente se prohíba la entrada de menores de 18 años a las corridas de toros celebradas en esta ciudad.

En un amplio contexto, la fiesta de toros en Hidalgo está declarada formalmente como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado y Pachuca, su capital, cuenta desde el año de 1978 con una de las plazas más icónicas de México como lo es la Monumental Vicente Segura, situándose por más de 40 años como uno de los cosos con mayor referencia del mapa taurino mexicano. En su ruedo se han presentado las máximas figuras del toreo nacional e internacional, lidiando a ejemplares de las dehesas ganaderas de mayor prestigio en nuestro país.

Hidalgo es también la entidad federativa con mayores festejos taurinos a lo largo de un año calendario por diversas regiones como el Altiplano, el Valle de Mezquital y de Tizayuca, la región Tula–Tepeji, pero es aquí en la Comarca Minera, en Pachuca, en donde la comunidad taurina hidalguense nos reunimos recurrentemente junto a nuestros hijos, sobrinos, ahijados y nietos menores de edad, para disfrutar de los festejos que se anuncian, sobre todo, los que enmarcan a la tradicional Feria de San Francisco durante octubre de cada año. Aquí en la Bella Airosa recibimos también la visita de la afición taurina de otros Estados, destacando la cercanía geográfica que tenemos con tierras taurinas de prosapia como la Ciudad de México, Puebla, Querétaro, Estado de México, Tlaxcala, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán e incluso de Aguascalientes, Coahuila, Durango, Nuevo León, Jalisco y Zacatecas. Vaya, hasta de las taurinísimas entidades del sureste como Campeche, Quintana Roo y Yucatán. En todos estos Estados y ciudades, existe afición taurina que cuando menos anualmente visita Pachuca y hace importante turismo taurino a lo largo de varios días, teniendo a la niñez como eje central de estas actividades de recreación.

Bajo esta relevancia social, de arraigada cultura, de tradición local, de legítimos usos y costumbres y sobre todo de pleno derecho constitucional en defensa de las minorías, es que no debe perderse de vista que uno de los principales mandatos de ley que tiene un Cabildo, es justamente el de velar por el respeto al derecho ajeno y al buen gobierno de su localidad.

Por tanto, el derecho de las y los mexicanos a la libertad plena como lo mandata nuestra Constitución, en especial la de la niñez taurina pachuqueña, hidalguense y mexicana por añadidura, debe ser garantizado por el Pleno del Ayuntamiento de Pachuca.




Te recomendamos el podcast ⬇️

Spotify

Apple Podcasts

Google Podcasts

Acast

Deezer