MI PASIÓN POR LA CIENCIA
Adriana Castillo Hernández
Entre las cosas buenas que se han podido escuchar o leer durante los momentos difíciles de este año, están las que señalan que el planeta está dando un respiro gracias al confinamiento de las poblaciones en sus hogares. Sin embargo, los cambios positivos en el ambiente no son para siempre.
De acuerdo con la Ecología, una rama de la Biología, los ecosistemas son capaces de regenerarse; puede decirse que la vida siempre encontrará manera de abrirse paso en los lugares del planeta en donde no la hay, y por eso se han podido ver noticias e imágenes sobre animales no domésticos y otros seres vivos visitando y apropiándose de las calles de distintos lugares del mundo. Muchos tendemos a pensar que es algo fantástico, porque es una prueba de que la Tierra está descansando de las invasivas y devastadoras actividades humanas, y es cierto, el planeta se está reponiendo, pero no durará mucho si no se toman las medidas necesarias para permitir que lo siga haciendo.
Cuando el confinamiento termine, una vez que se haya logrado controlar la pandemia, se tendrá que empezar a reactivar la economía y reconstruir al mundo entero. Ya se están formando los planes de recuperación, pero, algo que debería considerarse de manera puntual es integrar medidas para fomentar el desarrollo sostenible.
El cambio climático es una amenaza mucho más grande que la inminente crisis económica, ya que el planeta no podrá soportar más el ritmo al que se desarrollan las poblaciones humanas. Posiblemente se esté frente a la última oportunidad para proteger el lugar donde vivimos de un enemigo tan temible como lo es el deterioro ambiental.
Según Dolores Barrientos, representante en México del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), algo indispensable, es evitar la priorización de proyectos de altas emisiones de gases del efecto invernadero a corto plazo. Idea, que el Instituto de Recursos Mundiales también lo dice: invertir como se hacía en el crecimiento basado en combustibles fósiles es una proposición peligrosa.
Para sentar las bases de un mejor futuro, es evidente que no debemos de volver a la normalidad a pesar de que es reconfortante pensar en hacerlo; es muy posible que esa no sea la mejor opción, pues implica seguir preocupándonos por el calentamiento global, la destrucción de la biodiversidad y la contaminación. Lo que se necesita es ser mejores, y la ciencia puede ayudar en eso, pues provee alternativas para impulsar el desarrollo sostenible y mejorar el lugar en donde vivimos. Solo hay que aprender a aprovechar estas opciones.
En estos últimos días, se ha hecho muy común escuchar la expresión en inglés Build Back Better para referirse a los cambios positivos que deben hacerse después de la crisis, y es bueno tomar en cuenta este concepto. Desde los gobiernos, instituciones y empresas hasta las pequeñas familias, pues salvar a planeta es posible, y es el mejor momento para hacerlo.
Fuente: World Resources Institute. (2020). Building Back Better After Coronavirus (COVID-19). Recuperado el 5 de junio de 2020, de World Resources Institute. Sitio web: https://www.wri.org/ coronavirus-recovery