/ martes 27 de noviembre de 2018

PGR: Obsoleta e ineficiente

Es fundamental para el desarrollo democrático de nuestro país que desterremos todos los vestigios de nuestro pasado autoritario, siendo uno de los últimos la actual Procuraduría General de la República; una institución corrupta, ineficiente e ineficaz que ha sido y sigue siendo un órgano del Estado mexicano utilizado para la persecución y el hostigamiento de adversarios políticos.

Los principios rectores de los que adolecía la PGR y que han sido una exigencia de las víctimas y la sociedad civil son: autonomía, legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos; éstos serán los pilares de la nueva fiscalía.

A diferencia del esquema actual de trabajo de la PGR en el cual no se tienen claros los objetivos institucionales y su actuación es opaca, será obligación del Fiscal General de la República presentar al inicio de su gestión al Senado y a la sociedad en general un Plan de Persecución Penal, cuyas directrices serán:

Orientar las atribuciones institucionales considerando las prioridades nacionales establecidas en la política criminal.

Analizar la situación de la incidencia delictiva relacionada con los fenómenos criminales.

Metas de corto, mediano y largo plazo priorizando las políticas de atención a víctimas.

Una novedad que se encuentra en la iniciativa es: la FLEXIBILIDAD EN LA INVESTIGACIÓN Y PERSECUSIÓN PENAL, es decir, se elimina la rigidez con la que se desarrollan actualmente las investigaciones, dotando a los equipos de investigación de recursos humanos multidisciplinarios; es así que la nueva visión que tenemos de la Fiscalía, implica que ésta se adapte a los fenómenos delictivos con la rapidez que se requiere, por eso se propone la creación de equipos ordinarios de investigación y litigación además de equipos mixtos.

Lo anterior surge de un contexto en el que resulta inadmisible que como parte de sus métodos de investigación la PGR continúe haciendo uso de la tortura, a la usanza de las peores dictaduras mundiales. Es inaudito saber, como lo ha afirmado el Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito, en el lamentable caso de jóvenes de Ayotzinapa, que las investigaciones de la Procuraduría de la República no son: “independientes ni imparciales” y “carecen de soporte probatorio”.

En el tenor anterior, insisto que con esta nueva Ley Orgánica buscamos garantizar los derechos fundamentales de las víctimas golpeadas por esta violencia brutal que nos duele a todos, les aseguraremos: el acceso a la verdad, la justicia, la reparación integral y la garantía de no repetición.

Si la PGR fue el órgano fundamental del sistema represor, estoy seguro de que esta nueva Fiscalía será la institución angular de la democracia mexicana.

Es fundamental para el desarrollo democrático de nuestro país que desterremos todos los vestigios de nuestro pasado autoritario, siendo uno de los últimos la actual Procuraduría General de la República; una institución corrupta, ineficiente e ineficaz que ha sido y sigue siendo un órgano del Estado mexicano utilizado para la persecución y el hostigamiento de adversarios políticos.

Los principios rectores de los que adolecía la PGR y que han sido una exigencia de las víctimas y la sociedad civil son: autonomía, legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos; éstos serán los pilares de la nueva fiscalía.

A diferencia del esquema actual de trabajo de la PGR en el cual no se tienen claros los objetivos institucionales y su actuación es opaca, será obligación del Fiscal General de la República presentar al inicio de su gestión al Senado y a la sociedad en general un Plan de Persecución Penal, cuyas directrices serán:

Orientar las atribuciones institucionales considerando las prioridades nacionales establecidas en la política criminal.

Analizar la situación de la incidencia delictiva relacionada con los fenómenos criminales.

Metas de corto, mediano y largo plazo priorizando las políticas de atención a víctimas.

Una novedad que se encuentra en la iniciativa es: la FLEXIBILIDAD EN LA INVESTIGACIÓN Y PERSECUSIÓN PENAL, es decir, se elimina la rigidez con la que se desarrollan actualmente las investigaciones, dotando a los equipos de investigación de recursos humanos multidisciplinarios; es así que la nueva visión que tenemos de la Fiscalía, implica que ésta se adapte a los fenómenos delictivos con la rapidez que se requiere, por eso se propone la creación de equipos ordinarios de investigación y litigación además de equipos mixtos.

Lo anterior surge de un contexto en el que resulta inadmisible que como parte de sus métodos de investigación la PGR continúe haciendo uso de la tortura, a la usanza de las peores dictaduras mundiales. Es inaudito saber, como lo ha afirmado el Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito, en el lamentable caso de jóvenes de Ayotzinapa, que las investigaciones de la Procuraduría de la República no son: “independientes ni imparciales” y “carecen de soporte probatorio”.

En el tenor anterior, insisto que con esta nueva Ley Orgánica buscamos garantizar los derechos fundamentales de las víctimas golpeadas por esta violencia brutal que nos duele a todos, les aseguraremos: el acceso a la verdad, la justicia, la reparación integral y la garantía de no repetición.

Si la PGR fue el órgano fundamental del sistema represor, estoy seguro de que esta nueva Fiscalía será la institución angular de la democracia mexicana.

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