/ domingo 15 de diciembre de 2019

¿Nacimiento o Árbol esta Navidad?

Cada año celebramos la Navidad. Alguno lo hacen sin siquiera conocer su significado o la razón de su tradición.

En México estamos inmersos en una serie de tradiciones cristianas que nos han hecho durante siglos celebrar el nacimiento de Jesús. De las principales costumbres navideñas están dos, el colocar un árbol con esferas y levantar un “Nacimiento o Belén” en nuestras casas. Ambos tienen un significado interesante. Iniciamos trantado de explicar el famoso Árbol de Navidad. En todas las culturas encontramos que el árbol tiene cierto significado antropológico, místico y poético. En Mesoamérica por ejemplo, el ahuehuete es considerado sagrado. Los antiguos germanos creían que el mundo y los astros estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco.

En la Biblia el árbol que Dios coloca en medio del Paraíso como fuente de la inmortalidad. El árbol también puede simbolizar la muerte cuando el hombre se aparta de Dios seducido por su apariencia engañosa y comiendo del fruto prohibido. Refieren que San Bonifacio, evangelizador de Alemania, derribó el árbol que representaba al dios pagano y en el mismo lugar plantó un pino, símbolo del amor perenne de Dios y lo adornó con manzanas y velas, dándoles un simbolismo cristiano: las manzanas representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los hombres; las velas (ahora las luces) representaban a Cristo, la luz del mundo.

El papa San Sixto III en el siglo V, ya celebraba la Navidad con algunas representaciones del nacimiento de Cristo. Sin embargo, se considera a San Francisco de Asís como el creador de los Nacimientos. En 1223 quiso celebrar una “Noche Buena” en la que se reviviera el recuerdo de Jesús nacido en Belén, y para representarlo puso un nacimiento en el bosque con personas y animales vivos. Con el paso del tiempo y la falta de espacio se obligó a sustituir a las personas y a los animales con figuras de madera o de barro.

Esta tradición se ha extendido por todo el mundo desde el siglo XIII. El Nacimiento nos invita a reflexionar en el gran misterio de Dios hecho hombre por el amor a todos los seres humanos. El clásico Nacimiento no puede dejar de tener las siguientes figuras: la Virgen María, San José y el Niño Dios como centro del mismo. Un Ángel que cuida el pesebre, la gruta, o la casita, mismo que fue a avisar a los pastores del acontecimiento. Los pastores que representan a los pobres y pacíficos del mundo invitados por el ángel al pesebre, y los tres Reyes Magos que venían de oriente y trajeron al niño recién nacido oro (como Rey), incienso (como Dios) y mirra (como Hombre).

Además aparecerán también unos animalitos de establo como vaquitas y burritos. Lo demás que se coloque en el Nacimiento no es indispensable, aparecen a veces patos, gallos, guajolotes, etc. Poner un Nacimiento en casa es una costumbre muy mexicana y poner árbol nos universaliza. Son lindas tradiciones.

Cada año celebramos la Navidad. Alguno lo hacen sin siquiera conocer su significado o la razón de su tradición.

En México estamos inmersos en una serie de tradiciones cristianas que nos han hecho durante siglos celebrar el nacimiento de Jesús. De las principales costumbres navideñas están dos, el colocar un árbol con esferas y levantar un “Nacimiento o Belén” en nuestras casas. Ambos tienen un significado interesante. Iniciamos trantado de explicar el famoso Árbol de Navidad. En todas las culturas encontramos que el árbol tiene cierto significado antropológico, místico y poético. En Mesoamérica por ejemplo, el ahuehuete es considerado sagrado. Los antiguos germanos creían que el mundo y los astros estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco.

En la Biblia el árbol que Dios coloca en medio del Paraíso como fuente de la inmortalidad. El árbol también puede simbolizar la muerte cuando el hombre se aparta de Dios seducido por su apariencia engañosa y comiendo del fruto prohibido. Refieren que San Bonifacio, evangelizador de Alemania, derribó el árbol que representaba al dios pagano y en el mismo lugar plantó un pino, símbolo del amor perenne de Dios y lo adornó con manzanas y velas, dándoles un simbolismo cristiano: las manzanas representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los hombres; las velas (ahora las luces) representaban a Cristo, la luz del mundo.

El papa San Sixto III en el siglo V, ya celebraba la Navidad con algunas representaciones del nacimiento de Cristo. Sin embargo, se considera a San Francisco de Asís como el creador de los Nacimientos. En 1223 quiso celebrar una “Noche Buena” en la que se reviviera el recuerdo de Jesús nacido en Belén, y para representarlo puso un nacimiento en el bosque con personas y animales vivos. Con el paso del tiempo y la falta de espacio se obligó a sustituir a las personas y a los animales con figuras de madera o de barro.

Esta tradición se ha extendido por todo el mundo desde el siglo XIII. El Nacimiento nos invita a reflexionar en el gran misterio de Dios hecho hombre por el amor a todos los seres humanos. El clásico Nacimiento no puede dejar de tener las siguientes figuras: la Virgen María, San José y el Niño Dios como centro del mismo. Un Ángel que cuida el pesebre, la gruta, o la casita, mismo que fue a avisar a los pastores del acontecimiento. Los pastores que representan a los pobres y pacíficos del mundo invitados por el ángel al pesebre, y los tres Reyes Magos que venían de oriente y trajeron al niño recién nacido oro (como Rey), incienso (como Dios) y mirra (como Hombre).

Además aparecerán también unos animalitos de establo como vaquitas y burritos. Lo demás que se coloque en el Nacimiento no es indispensable, aparecen a veces patos, gallos, guajolotes, etc. Poner un Nacimiento en casa es una costumbre muy mexicana y poner árbol nos universaliza. Son lindas tradiciones.