/ miércoles 15 de abril de 2020

Mexicanos, entre incertidumbre y obras faraónicas

Sapere Aude


La contingencia por el coronavirus ha dejado diversas consecuencias, entre las más lamentables, la pérdida de miles de vidas humanas, adicional a éstas, la pandemia también ha generado la pérdida de miles de empleos en el país, 347 mil en el período de marzo a abril de 2020.

Para tener una idea de la magnitud, valen la pena algunas comparaciones, en todo el año 2019, la cifra de empleos formales creados fue de 342 mil, si comparáramos la cifra de empleos perdidos en una de las peores crisis de México, tendremos que, en la crisis del 1994- 1995 la cifra fue de 611 mil 200 empleos formales, es decir, en 15 días se han perdido por lo menos la mitad de los empleos que se perdieron en la crisis del 94-95.

Sabiendo esto, el gobierno federal parece no importarle el número de muertos, ya es evidente que no se atiende debidamente la pandemia, existen pocas pruebas para el diagnóstico y no se cuenta con el personal médico suficiente; aunado a ellos los doctores y enfermeras no cuentan con los insumos necesarios para atender a los pacientes sin que corran el peligro de contagiarse.

De ahí que, vemos tantas manifestaciones de médicos en todo el país, tampoco al gobierno le importa el número de pobres que dejará la contingencia, los millones de mexicanos que no podrán llevar sustento a sus hogares, porque se perdieron 347 mil empleos, esa cifra por lo menos tendríamos que multiplicarla por tres o por cuatro, entendiendo que el recurso de estos empleados serviría para sostener una familia.

Lo anterior, nos lleva a una cifra aún más desgarradora: un millón y medio de mexicanos que no tienen asegurada su manutención para el día de mañana; lamentablemente, si el gobierno y la sociedad organizada no generamos un movimiento para hacerle frente a este problema, la cifra seguirá creciendo.

Pero entonces, la pregunta es ¿qué sí le importa al presidente y a su gobierno? Usted tendrá una mejor respuesta, pero lo que yo veo que le interesa al presidente, es la conclusión del aeropuerto de Santa Lucia, ¿qué si no hay empleo, no hay dinero, no hay seguridad, no hay turismo, no hay compra de vuelos?, al presidente le quita el sueño terminar la construcción de la Refinería de Dos Bocas; ¿qué si todo marcha igual en la guerra por el precio del petróleo?, por mucho que refinemos en esa empresa, no alcanzará a costearse y el tiempo de recuperación será muy largo, se le está apostando a construir una refinería que produzca barriles de petróleo que ya no costarán ni 40 ó 50 dólares el barril.

El precio del barril en la actualidad está en los 13 dólares, entonces ¿para qué construir una nueva refinería? Y también al presidente le interesa concluir el Tren Maya, una obra que costará en promedio 150 mil millones de pesos.

Si el dinero de éstas tres obras se destinará en otorgar créditos a las micro y pequeñas empresas para que puedan sostener los empleos de miles de mexicanos, por supuesto que los estragos de la crisis serán menores, observando que esas empresas generan el 80 por ciento de los trabajos en el país, si parte de ese dinero se desina y reorienta al sector salud, tal vez la estela de muertos que deje el coronavirus pueda ser menor, debemos invertir en aumentar el sueldo de médicos y enfermeras y dotar a todos de seguridad social, y si destináramos parte de ese dinero a proyectos de corto plazo que permitan fortalecer el mercado interno, entonces tal vez, solo tal vez, tengamos una oportunidad de que salgamos lo mejor librados de la contingencia.

Lo que nos indica esta reflexión es que sí contamos con el dinero para poder hacerle frente de mejor manera a esta contingencia, el problema es que el gobierno, dígase claro Andrés Manuel no quiere despojarse de sus obras faraónicas.

Dicen que los locos son personas que han elegido mirar al mundo y sus problemas de un modo diferente de sus contemporáneos y que por eso quedan fuera de la sociedad, yo considero salvo tu mejor opinión, que el presidente está fuera de nuestra sociedad desde hace tiempo.

No hay una respuesta por parte del gobierno, la gente confió en un proyecto de nación, que no era proyecto de nación, sino un proyecto de intereses y ocurrencias, no hay dirección en la conducción del país y eso tendrá graves y variadas consecuencias.

Sapere Aude


La contingencia por el coronavirus ha dejado diversas consecuencias, entre las más lamentables, la pérdida de miles de vidas humanas, adicional a éstas, la pandemia también ha generado la pérdida de miles de empleos en el país, 347 mil en el período de marzo a abril de 2020.

Para tener una idea de la magnitud, valen la pena algunas comparaciones, en todo el año 2019, la cifra de empleos formales creados fue de 342 mil, si comparáramos la cifra de empleos perdidos en una de las peores crisis de México, tendremos que, en la crisis del 1994- 1995 la cifra fue de 611 mil 200 empleos formales, es decir, en 15 días se han perdido por lo menos la mitad de los empleos que se perdieron en la crisis del 94-95.

Sabiendo esto, el gobierno federal parece no importarle el número de muertos, ya es evidente que no se atiende debidamente la pandemia, existen pocas pruebas para el diagnóstico y no se cuenta con el personal médico suficiente; aunado a ellos los doctores y enfermeras no cuentan con los insumos necesarios para atender a los pacientes sin que corran el peligro de contagiarse.

De ahí que, vemos tantas manifestaciones de médicos en todo el país, tampoco al gobierno le importa el número de pobres que dejará la contingencia, los millones de mexicanos que no podrán llevar sustento a sus hogares, porque se perdieron 347 mil empleos, esa cifra por lo menos tendríamos que multiplicarla por tres o por cuatro, entendiendo que el recurso de estos empleados serviría para sostener una familia.

Lo anterior, nos lleva a una cifra aún más desgarradora: un millón y medio de mexicanos que no tienen asegurada su manutención para el día de mañana; lamentablemente, si el gobierno y la sociedad organizada no generamos un movimiento para hacerle frente a este problema, la cifra seguirá creciendo.

Pero entonces, la pregunta es ¿qué sí le importa al presidente y a su gobierno? Usted tendrá una mejor respuesta, pero lo que yo veo que le interesa al presidente, es la conclusión del aeropuerto de Santa Lucia, ¿qué si no hay empleo, no hay dinero, no hay seguridad, no hay turismo, no hay compra de vuelos?, al presidente le quita el sueño terminar la construcción de la Refinería de Dos Bocas; ¿qué si todo marcha igual en la guerra por el precio del petróleo?, por mucho que refinemos en esa empresa, no alcanzará a costearse y el tiempo de recuperación será muy largo, se le está apostando a construir una refinería que produzca barriles de petróleo que ya no costarán ni 40 ó 50 dólares el barril.

El precio del barril en la actualidad está en los 13 dólares, entonces ¿para qué construir una nueva refinería? Y también al presidente le interesa concluir el Tren Maya, una obra que costará en promedio 150 mil millones de pesos.

Si el dinero de éstas tres obras se destinará en otorgar créditos a las micro y pequeñas empresas para que puedan sostener los empleos de miles de mexicanos, por supuesto que los estragos de la crisis serán menores, observando que esas empresas generan el 80 por ciento de los trabajos en el país, si parte de ese dinero se desina y reorienta al sector salud, tal vez la estela de muertos que deje el coronavirus pueda ser menor, debemos invertir en aumentar el sueldo de médicos y enfermeras y dotar a todos de seguridad social, y si destináramos parte de ese dinero a proyectos de corto plazo que permitan fortalecer el mercado interno, entonces tal vez, solo tal vez, tengamos una oportunidad de que salgamos lo mejor librados de la contingencia.

Lo que nos indica esta reflexión es que sí contamos con el dinero para poder hacerle frente de mejor manera a esta contingencia, el problema es que el gobierno, dígase claro Andrés Manuel no quiere despojarse de sus obras faraónicas.

Dicen que los locos son personas que han elegido mirar al mundo y sus problemas de un modo diferente de sus contemporáneos y que por eso quedan fuera de la sociedad, yo considero salvo tu mejor opinión, que el presidente está fuera de nuestra sociedad desde hace tiempo.

No hay una respuesta por parte del gobierno, la gente confió en un proyecto de nación, que no era proyecto de nación, sino un proyecto de intereses y ocurrencias, no hay dirección en la conducción del país y eso tendrá graves y variadas consecuencias.