¿Se debe tener cuidado con algunos notarios?
En muchas ocasiones, cuando una persona desea comprar un terreno, una casa, un local comercial o algún otro inmueble, desconfía del vendedor por aquellas historias que van de boca en boca en cuanto a que con cierta frecuencia defraudan al comprador.
Para la mayoría de la gente una adquisición de este tipo significa gastar su patrimonio, reunido con el esfuerzo de muchos años; para otros incluso representa endeudarse por décadas. Por ello la importancia de tener mucho cuidado y verificar que todo esté en orden.
Recientemente una pareja que compró un terreno y lo escrituró a su nombre, lo volvió a vender, pero surgieron otros dos dueños del mismo predio ubicado en la colonia Plutarco, de Pachuca.
Esta situación provocó que la pareja tuviera que pagar 800 mil pesos para reparar el daño causado al afectado y demandante.
Esa fue la sanción que estableció el juez que llevó el caso. Pero la pregunta es si el juez sancionó también al notario público que autorizó la compraventa del terreno.
¿Por qué la pareja que vendió tuvo que pagar, si el notario era el responsable de detectar cualquier irregularidad?
¿Cómo es posible que un terreno tenga tres dueños? Una de las escrituras fue expedida por un notario de Atotonilco, otra por un notario de Tula y la tercera por otro de Tizayuca.
Esto es una señal de que no solo hay que desconfiar de los vendedores de bienes inmuebles. Advertimos también la necesidad de tener cuidado incluso con algunos notarios.
Hay vendedores que le dicen al comprador que ellos trabajan con tal o cual notario y que el trámite puede salir con mayor velocidad. Quizá esas prisas son las que generan las irregularidades.
O tal vez el presidente Andrés Manuel López Obrador debiera poner un ojo en el ámbito notarial por aquello de que también haya sido infectado por esa enfermedad llamada corrupción.
Hay que recordar que hace unos meses, en Hidalgo revocaron la patente de 16 notarías que fueron otorgadas en la recta final de la administración de Francisco Olvera, porque presuntamente la convocatoria fue ilegal.
Es fundamental que se haga una revisión de la situación en que funcionan las notarías ya existentes y que no se entreguen nuevas a amigos y compadres que carecen del conocimiento necesario. Así no se afectaría a la ciudadanía.
Y es que en Hidalgo, uno de los estados donde más se ha detonado la construcción y comercialización de vivienda, se llegan a ofertar hasta ocho mil inmuebles en un año. Ocho mil operaciones de compraventa ante notarios públicos. Ocho mil compradores, de los cuales muchos no viven en el estado.
Si los notarios cobran por sus servicios, debieran hacerlo lo mejor posible en beneficio de los ciudadanos que les contratan.