/ miércoles 24 de marzo de 2021

Ley de Herodes en tiempos de Morena

SAPERE AUDE


Hace ya muchos años, vi una película que me pareció una sátira de lo que pasaba en el sistema político mexicano.

La película versa sobre un personaje que llega a ser presidente de un pueblo muy marginado, por ende, sin oportunidades de desarrollo y crecimiento para su población.

Este personaje, a medida que va tomando poder en el pueblo, empieza a cometer una serie de barbaridades y excesos propios de aquellos que concentran el poder y se vuelven prácticamente dictadores.

Así, este presidente incrementa impuestos, no acepta críticas, amenaza y golpea a los que se atreven a contradecirlo, elimina a sus enemigos y tiene la puntada de dictarle a su secretario el texto de los artículos de una nueva Constitución.

Nunca pensé, que a ya algunos años de estrenada esa película, y con la evolución que ello representa en la humanidad y en la sociedad, hoy pudiéramos vivir algo así en México.

El Congreso aprobó, hace algunas semanas, la Ley de la Industria Eléctrica, lo que provocó que algunas empresas interpusieran recursos de amparo contra la nueva normativa.

El amparo provocó, primero una suspensión provisional y posteriormente una suspensión definitiva de la ley en cuestión, dicha resolución del juez de distrito, el presidente la tomó como una afrenta por parte del Poder Judicial y envió una nueva iniciativa al Congreso, ahora para que las suspensiones, producto de un juicio de amparo no frenen la aplicación de la ley.

En una actitud, similar a la de aquel presidente salido de una película, ahora AMLO, con el poder de su pluma, anula, reforma y deroga leyes, para cumplir sus caprichos, siempre con la idea de eliminar cualquier obstáculo que se le interponga, la Ley de Herodes en tiempos de Morena, cada día parece menos sátira y más realidad.

SAPERE AUDE


Hace ya muchos años, vi una película que me pareció una sátira de lo que pasaba en el sistema político mexicano.

La película versa sobre un personaje que llega a ser presidente de un pueblo muy marginado, por ende, sin oportunidades de desarrollo y crecimiento para su población.

Este personaje, a medida que va tomando poder en el pueblo, empieza a cometer una serie de barbaridades y excesos propios de aquellos que concentran el poder y se vuelven prácticamente dictadores.

Así, este presidente incrementa impuestos, no acepta críticas, amenaza y golpea a los que se atreven a contradecirlo, elimina a sus enemigos y tiene la puntada de dictarle a su secretario el texto de los artículos de una nueva Constitución.

Nunca pensé, que a ya algunos años de estrenada esa película, y con la evolución que ello representa en la humanidad y en la sociedad, hoy pudiéramos vivir algo así en México.

El Congreso aprobó, hace algunas semanas, la Ley de la Industria Eléctrica, lo que provocó que algunas empresas interpusieran recursos de amparo contra la nueva normativa.

El amparo provocó, primero una suspensión provisional y posteriormente una suspensión definitiva de la ley en cuestión, dicha resolución del juez de distrito, el presidente la tomó como una afrenta por parte del Poder Judicial y envió una nueva iniciativa al Congreso, ahora para que las suspensiones, producto de un juicio de amparo no frenen la aplicación de la ley.

En una actitud, similar a la de aquel presidente salido de una película, ahora AMLO, con el poder de su pluma, anula, reforma y deroga leyes, para cumplir sus caprichos, siempre con la idea de eliminar cualquier obstáculo que se le interponga, la Ley de Herodes en tiempos de Morena, cada día parece menos sátira y más realidad.