/ domingo 14 de agosto de 2022

Las empresas públicas y privadas dentro del desarrollo económico del estado

En los actuales momentos de dificultades económicas, los problemas a los que se enfrentan las empresas del sector público y del privado, son muy similares: falta de liquidez, problemas de acceso a crédito blando, escapes de mercado y recorte presupuestal.

Sin embargo, existen para el caso del sector, algunos problemas particulares que creemos conveniente señalar y que son: falta de coordinación de algunas dependencias federales cuyas esferas de acción y programas inciden en el desarrollo de la empresa pública, en otros casos, la existencia de limitantes normativos que reducen las posibilidades de crecimiento.

En el caso particular de los parques de desarrollo industrial, se tienen dos principales problemas: se está sujeto a un plan nacional de desarrollo industrial, que clasifica las zonas de preferencia industrial a las que alienta y las que no tienen estímulos, a las que desalienta.

Este plan obedece a una política nacional de ordenamiento industrial pero no está relacionado a la problemática local en particular y por tanto no coincide en ocasiones la política federal y estatal y consecuentemente las posibilidades de inversión.

El segundo problema consiste en las dificultades para obtener créditos para programas de ampliación de los parques industriales. Estas trabas que se presentan en los organismos federales de crédito para el desarrollo industrial tienen como justificante el mismo de la zonificación industrial nacional. De acuerdo a sus políticas, no prestan a aquellos parques que no están ubicados en las zonas preferenciales.

Para algunos parques industriales ya consolidados y en marcha, con infraestructura, servicios e industria asentada, es sumamente difícil detener operaciones y planes de crecimiento debido a que no hay posibilidades de crédito para su ampliación.

Por otra parte sostenemos que las empresas públicas deben estar por cuanto a su estructuración, en una coordinación especial, no solo por lo que se refiere a su sectorización, sino en general, por un organismo coordinador que dicte la política estatal de manejo e interprete el criterio del ejecutivo por cuanto a la empresa pública y se uniformen: reglamentos, tabuladores, procedimientos de contratación, estructuración interna, aspectos de control y evaluación, etc., para que no existan como a la fecha diversas empresas adscritas a diferentes secretarias. Creemos que siendo un factor tan directo sobre el desarrollo económico del estado, la correcta operación y productividad de las empresas públicas, debería existir una coordinación única que dictara las medidas convenientes e informara al ejecutivo de los resultados periódicamente.

Finalmente, se sugiere asimismo una mayor relación entre los directivos de las empresas públicas y privadas, para conocer experiencias que han obtenido en sus diferentes ámbitos y que por comunes son ejemplificativas.

En los actuales momentos de dificultades económicas, los problemas a los que se enfrentan las empresas del sector público y del privado, son muy similares: falta de liquidez, problemas de acceso a crédito blando, escapes de mercado y recorte presupuestal.

Sin embargo, existen para el caso del sector, algunos problemas particulares que creemos conveniente señalar y que son: falta de coordinación de algunas dependencias federales cuyas esferas de acción y programas inciden en el desarrollo de la empresa pública, en otros casos, la existencia de limitantes normativos que reducen las posibilidades de crecimiento.

En el caso particular de los parques de desarrollo industrial, se tienen dos principales problemas: se está sujeto a un plan nacional de desarrollo industrial, que clasifica las zonas de preferencia industrial a las que alienta y las que no tienen estímulos, a las que desalienta.

Este plan obedece a una política nacional de ordenamiento industrial pero no está relacionado a la problemática local en particular y por tanto no coincide en ocasiones la política federal y estatal y consecuentemente las posibilidades de inversión.

El segundo problema consiste en las dificultades para obtener créditos para programas de ampliación de los parques industriales. Estas trabas que se presentan en los organismos federales de crédito para el desarrollo industrial tienen como justificante el mismo de la zonificación industrial nacional. De acuerdo a sus políticas, no prestan a aquellos parques que no están ubicados en las zonas preferenciales.

Para algunos parques industriales ya consolidados y en marcha, con infraestructura, servicios e industria asentada, es sumamente difícil detener operaciones y planes de crecimiento debido a que no hay posibilidades de crédito para su ampliación.

Por otra parte sostenemos que las empresas públicas deben estar por cuanto a su estructuración, en una coordinación especial, no solo por lo que se refiere a su sectorización, sino en general, por un organismo coordinador que dicte la política estatal de manejo e interprete el criterio del ejecutivo por cuanto a la empresa pública y se uniformen: reglamentos, tabuladores, procedimientos de contratación, estructuración interna, aspectos de control y evaluación, etc., para que no existan como a la fecha diversas empresas adscritas a diferentes secretarias. Creemos que siendo un factor tan directo sobre el desarrollo económico del estado, la correcta operación y productividad de las empresas públicas, debería existir una coordinación única que dictara las medidas convenientes e informara al ejecutivo de los resultados periódicamente.

Finalmente, se sugiere asimismo una mayor relación entre los directivos de las empresas públicas y privadas, para conocer experiencias que han obtenido en sus diferentes ámbitos y que por comunes son ejemplificativas.