/ miércoles 29 de junio de 2022

La recesión que se viene

Joaquín vive con su esposa Amanda y tres hijos. Tanto Amanda como Joaquín trabajan obteniendo un salario conjunto de 12 mil pesos mensuales, el cual agradecen debido a que hasta 2020 les alcanzaba para tener una vida decorosa en una casa rentada y sin el más mínimo lujo que les permitiera ahorro o vacaciones holgadas. Conforme han pasado los meses a partir de la pandemia, Amanda se cuestiona el porqué no les alcanza para comprar lo que antes adquirían, teniendo que recortar gastos que en realidad no eran ostentosos. El próximo gasto en los inicios de ciclo escolar de sus hijos parece una cuesta que no van a superar debido a la pérdida del poder adquisitivo.

Y es que la economía a nivel global y, sobre todo, en el caso de nuestro país, parece que sufrirá un golpe serio que nos llevará invariablemente a una recesión económica que afectará primero a México y después a los Estados Unidos de América con todo lo malo que ello implica para las finanzas mexicanas, especialmente reflejada en la microeconomía, en los bolsillos de las y los mexicanos. Entiendo la recesión como la falta de crecimiento económico de un país que provoca que se consuma menos, haya poca inversión y aumente el desempleo.

El aumento de las tasas de interés por parte del Banco de México es una de las últimas medidas que cualquier banco central quiere tomar, sin embargo, parece ser la única salida para una economía que, a pesar del discurso, se ha estancado incluso antes de la pandemia y ha mostrado su peor cara después del confinamiento, por lo que la única salida es desincentivar el consumo para apreciar los productos y volver a impulsar esa rueda que es la economía.

En este momento ni las empresas y mucho menos los gobiernos están para dilapidar recursos en obras, artículos o gastos innecesarios que pueden aplazarse. Es fundamental serenarse y ponerse a pensar que por encima de la fotografía de la inauguración de cualquier obra o monumento, está la tranquilidad de la ciudadanía mexicana que, de por sí, ya sentía que el dinero no le alcanzaba ni para lo más básico.

Los conocedores de temas económicos nos plantean panoramas técnicos en donde se habla de la oferta, la demanda, el circulante, la producción, la ralentización y otros términos que de principio no entendemos hasta que nos dejan claro que en las crisis económicas como la que estamos a punto de vivir los que más sufren son los que menos tienen, ya que esos pocos recursos que les alcanzaban para la justo se pulverizarán para no poder comprar lo mínimo necesario para sus familias.

En los próximos meses, en el entendido que, de haber recesión, ésta llegara en el último trimestre se medirá la responsabilidad del gabinete económico de la administración actual, ya que su pericia permitirá que salgan adelante cientos de miles de familias que se encuentran en el borde de la pobreza porque, ya sea con el pretexto de la pandemia o con malas decisiones, es importante corregir el rumbo de la falta de inversión y la desaparición de empleos bien remunerados.

El mercado no sólo sufre porque las cosas se encarezcan y ya, sino por el hecho de que a pesar de que ha pasado el confinamiento, la recuperación no avanza debido a que la producción disminuye por los despidos masivos. Digamos que es un círculo vicioso.

Si en este momento, quienes tienen la facultad de tomar decisiones no lo hacen con destreza, conocimiento y desapasionamientos políticos, el golpe económico para el pueblo de México se sentirá como nunca. Trabajemos juntos y responsables.


Joaquín vive con su esposa Amanda y tres hijos. Tanto Amanda como Joaquín trabajan obteniendo un salario conjunto de 12 mil pesos mensuales, el cual agradecen debido a que hasta 2020 les alcanzaba para tener una vida decorosa en una casa rentada y sin el más mínimo lujo que les permitiera ahorro o vacaciones holgadas. Conforme han pasado los meses a partir de la pandemia, Amanda se cuestiona el porqué no les alcanza para comprar lo que antes adquirían, teniendo que recortar gastos que en realidad no eran ostentosos. El próximo gasto en los inicios de ciclo escolar de sus hijos parece una cuesta que no van a superar debido a la pérdida del poder adquisitivo.

Y es que la economía a nivel global y, sobre todo, en el caso de nuestro país, parece que sufrirá un golpe serio que nos llevará invariablemente a una recesión económica que afectará primero a México y después a los Estados Unidos de América con todo lo malo que ello implica para las finanzas mexicanas, especialmente reflejada en la microeconomía, en los bolsillos de las y los mexicanos. Entiendo la recesión como la falta de crecimiento económico de un país que provoca que se consuma menos, haya poca inversión y aumente el desempleo.

El aumento de las tasas de interés por parte del Banco de México es una de las últimas medidas que cualquier banco central quiere tomar, sin embargo, parece ser la única salida para una economía que, a pesar del discurso, se ha estancado incluso antes de la pandemia y ha mostrado su peor cara después del confinamiento, por lo que la única salida es desincentivar el consumo para apreciar los productos y volver a impulsar esa rueda que es la economía.

En este momento ni las empresas y mucho menos los gobiernos están para dilapidar recursos en obras, artículos o gastos innecesarios que pueden aplazarse. Es fundamental serenarse y ponerse a pensar que por encima de la fotografía de la inauguración de cualquier obra o monumento, está la tranquilidad de la ciudadanía mexicana que, de por sí, ya sentía que el dinero no le alcanzaba ni para lo más básico.

Los conocedores de temas económicos nos plantean panoramas técnicos en donde se habla de la oferta, la demanda, el circulante, la producción, la ralentización y otros términos que de principio no entendemos hasta que nos dejan claro que en las crisis económicas como la que estamos a punto de vivir los que más sufren son los que menos tienen, ya que esos pocos recursos que les alcanzaban para la justo se pulverizarán para no poder comprar lo mínimo necesario para sus familias.

En los próximos meses, en el entendido que, de haber recesión, ésta llegara en el último trimestre se medirá la responsabilidad del gabinete económico de la administración actual, ya que su pericia permitirá que salgan adelante cientos de miles de familias que se encuentran en el borde de la pobreza porque, ya sea con el pretexto de la pandemia o con malas decisiones, es importante corregir el rumbo de la falta de inversión y la desaparición de empleos bien remunerados.

El mercado no sólo sufre porque las cosas se encarezcan y ya, sino por el hecho de que a pesar de que ha pasado el confinamiento, la recuperación no avanza debido a que la producción disminuye por los despidos masivos. Digamos que es un círculo vicioso.

Si en este momento, quienes tienen la facultad de tomar decisiones no lo hacen con destreza, conocimiento y desapasionamientos políticos, el golpe económico para el pueblo de México se sentirá como nunca. Trabajemos juntos y responsables.