/ domingo 26 de julio de 2020

La música que está en mi preferencia

Como lo dijimos en la anterior colaboración, esta vez vamos a dar unas recomendaciones para responder a la pregunta, ¿Bueno, y que oír? La música que recomiendo es por supuesto la llamada música clásica, que en nuestra opinión debería llamarse Música Académica o Música de Conservatorio y es que para interpretar, apreciar y disfrutar este tipo de música, hay que conocerla y estudiarla. Al menos hay que estar con disposición de familiarizarse con ella. Es necesario habituarse a escucharla y tratar de aceptar su composición, su armonía, su mensaje. Todo autor en sus obras nos dice algo, nos comunica un sentimiento o un estado de ánimo. Es una comunicación sin palabras que nosotros tenemos que recibir, y no todos entenderemos lo mismo, cada quien tiene su versión y su sentimiento.

No queremos divagar más y vamos a sugerir algunas obras para escuchar y asimilar en esta contingencia que nos permite un poco más de tiempo en casa.

Respecto a la música barroca, no se pierda usted “Las Cuatro Estaciones” de Antonio Vivaldi, que en realidad es un concierto de música de cámara para violín con cuatro movimientos que la tradición ha referido a las estaciones del año. Escúchela deseando disfrutarla y apoderarse de ella, porque cuando comprendemos una obra y la gozamos, nos apropiamos de ella. No se pierda después la “Tocata y Fuga en Re Menor", de J. Sebastián Bach. Aprecio además a Haendel y me gusta mucho su obra “Música Acuática" o "Water Music", como le llaman en Londres, donde la compuso para el rey Jorge I en 1717 para ser interpretada sobre el Támesis. Oiga igualmente el "Adagio", atribuido a Tomaso Albinoni, músico italiano del siglo XVIII y que en realidad fue compuesta por su musicólogo y especialista en su obra Remo Giazotto en el siglo XX. Pero sea de quien sea es bellísima por la tristeza que comunica.

El Concierto para Violín No. 52 de Wolgang Amadeus Mozart es extraordinario, escúchelo y ámelo; es elegante y vivaz. Busque en YouTube todas estas piezas, están allí, mientras escribo este artículo las escucho. De este concierto de Mozart para violín, recomiendo la versión con la gran violinista alemana, la bella Anne Sophie Mutter con la Camerata de Salzburg, maravillosa obra e interpretación.

Para continuar y terminar con mis recomendaciones barrocas, me permito sugerir a Joseph Haydn con su Concierto para Trompeta y Orquesta en Mi Bemol Mayor.

Después de la Música Barroca, se hizo del selecto gusto de los asistentes a conciertos, (entonces no había reproductores de ningún tipo) la ahora llamada Música Clásica y Romántica. Para terminar esta colaboración menciono la gran obra de Beethoven y particularmente su Concierto para Violín en Re Mayor Opus 61 en cuatro movimientos, es extraordinariamente triste. El Profr. Raúl Guerrero un día oyendo música me pidió que no lo pusiera porque lo hacía llorar.

Seguiremos con el tema de la música, que es de todos. Lo invito a disfrutarla.

Como lo dijimos en la anterior colaboración, esta vez vamos a dar unas recomendaciones para responder a la pregunta, ¿Bueno, y que oír? La música que recomiendo es por supuesto la llamada música clásica, que en nuestra opinión debería llamarse Música Académica o Música de Conservatorio y es que para interpretar, apreciar y disfrutar este tipo de música, hay que conocerla y estudiarla. Al menos hay que estar con disposición de familiarizarse con ella. Es necesario habituarse a escucharla y tratar de aceptar su composición, su armonía, su mensaje. Todo autor en sus obras nos dice algo, nos comunica un sentimiento o un estado de ánimo. Es una comunicación sin palabras que nosotros tenemos que recibir, y no todos entenderemos lo mismo, cada quien tiene su versión y su sentimiento.

No queremos divagar más y vamos a sugerir algunas obras para escuchar y asimilar en esta contingencia que nos permite un poco más de tiempo en casa.

Respecto a la música barroca, no se pierda usted “Las Cuatro Estaciones” de Antonio Vivaldi, que en realidad es un concierto de música de cámara para violín con cuatro movimientos que la tradición ha referido a las estaciones del año. Escúchela deseando disfrutarla y apoderarse de ella, porque cuando comprendemos una obra y la gozamos, nos apropiamos de ella. No se pierda después la “Tocata y Fuga en Re Menor", de J. Sebastián Bach. Aprecio además a Haendel y me gusta mucho su obra “Música Acuática" o "Water Music", como le llaman en Londres, donde la compuso para el rey Jorge I en 1717 para ser interpretada sobre el Támesis. Oiga igualmente el "Adagio", atribuido a Tomaso Albinoni, músico italiano del siglo XVIII y que en realidad fue compuesta por su musicólogo y especialista en su obra Remo Giazotto en el siglo XX. Pero sea de quien sea es bellísima por la tristeza que comunica.

El Concierto para Violín No. 52 de Wolgang Amadeus Mozart es extraordinario, escúchelo y ámelo; es elegante y vivaz. Busque en YouTube todas estas piezas, están allí, mientras escribo este artículo las escucho. De este concierto de Mozart para violín, recomiendo la versión con la gran violinista alemana, la bella Anne Sophie Mutter con la Camerata de Salzburg, maravillosa obra e interpretación.

Para continuar y terminar con mis recomendaciones barrocas, me permito sugerir a Joseph Haydn con su Concierto para Trompeta y Orquesta en Mi Bemol Mayor.

Después de la Música Barroca, se hizo del selecto gusto de los asistentes a conciertos, (entonces no había reproductores de ningún tipo) la ahora llamada Música Clásica y Romántica. Para terminar esta colaboración menciono la gran obra de Beethoven y particularmente su Concierto para Violín en Re Mayor Opus 61 en cuatro movimientos, es extraordinariamente triste. El Profr. Raúl Guerrero un día oyendo música me pidió que no lo pusiera porque lo hacía llorar.

Seguiremos con el tema de la música, que es de todos. Lo invito a disfrutarla.