/ martes 15 de junio de 2021

La ciudadanía votó por la pluralidad

Las elecciones del pasado 6 de junio nos dejaron muchas lecciones.

Primero, el mandato de los ciudadanos en las urnas fue muy claro, no darle a ningún partido político o alianza la posibilidad de hacer reformas a nuestra Constitución, solo para satisfacer ambiciones personales o de grupo y, que a la postre, pueden ser perjudiciales para toda la población.

Segundo, el INE resistió los continuos ataques del presidente, demostrando que es una de las instituciones más confiables del país, y, con el trabajo realizado, dio cátedra de organización y eficiencia. Ahora el balón esta en la cancha del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a quien le tocará dirimir las controversias que se presenten derivadas de los resultados de la jornada electoral. El INE le dejó la vara muy alta, y le tocará demostrar que está a la altura de los mexicanos.

Si bien, el proceso concluirá hasta que las autoridades jurisdiccionales electorales dicten la última sentencia definitiva, podemos afirmar que la LXV Legislatura de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión será una Cámara muy plural, porque así lo decidió la ciudadanía, en evidente rechazo a las políticas públicas del gobierno, que nos han dejado más de 600 mil fallecidos por COVID-19, la pérdida de más de 12 millones de empleos, la peor caída económica en casi un siglo y la peor de América Latina, y lo más triste, la defunción de casi 2 mil niños que dejaron de recibir sus terapias contra el cáncer porque, debido a los recortes presupuestales, dejaron de comprarse los medicamentos necesarios para los tratamientos oncológicos de estos pequeños.

Morena no alcanzará la mayoría calificada ni aun con sus aliados pues perdió la cuarta parte de sus diputados, y además, estará a merced del partido Verde que, fiel a su costumbre, hará valer los votos de sus 44 diputados, lo que puede ser determinante para cambiar el rumbo del Poder Legislativo federal; por su parte la alianza opositora recuperó terreno: el PAN continuará siendo la segunda fuerza en la Cámara de Diputados, aumentando su presencia en 44% con 34 diputados más; el PRI recuperará 21 curules y el PRD sumará 5 diputados más. El PT perdió 8 diputados y Movimiento Ciudadano 1. Afortunadamente los partidos satélites de Morena no obtuvieron el 3% de la votación y perderán el registro. Algo es seguro, si se quiere avanzar, los diputados federales se verán obligados a dialogar.

Los mexicanos hablaron en las urnas y el mandato es más que obvio: ya no desean más imposiciones del presidente ni de su partido, hoy la exigencia es que estos servidores públicos recuerden que los representan y que están obligados a velar por los intereses de la gente, no por sus propios intereses o los de su grupo; los mexicanos quieren oportunidades, no dádivas, quieren acceso efectivo a la salud, a la seguridad, a la educación y al trabajo.

De los diputados de la alianza PAN-PRI-PRD, los ciudadanos no esperan menos. Nuevamente se les da la oportunidad de enmendar los errores cometidos y enderezar el camino.

El presidente, astuto como siempre, se ha dado cuenta de la debilidad de la situación en la que se encuentra, y que ya no podrá controlar al Poder Legislativo como lo venía haciendo, así que ha decidido coquetear con el PRI para lograr la tan ansiada mayoría calificada que le devuelva la paz y la seguridad de que puede seguir haciendo lo que bien le plazca con la ayuda del Congreso. Esperamos que los priistas no se dejen llevar por el canto de las sirenas porque la vida y la tranquilidad de los mexicanos está en sus manos. Confiemos en que respetarán la alianza legislativa que acordaron con el PAN y el PRD para ir juntos en la próxima legislatura federal, cuya finalidad es y debe ser velar por el bien común de los ciudadanos.

Las elecciones del pasado 6 de junio nos dejaron muchas lecciones.

Primero, el mandato de los ciudadanos en las urnas fue muy claro, no darle a ningún partido político o alianza la posibilidad de hacer reformas a nuestra Constitución, solo para satisfacer ambiciones personales o de grupo y, que a la postre, pueden ser perjudiciales para toda la población.

Segundo, el INE resistió los continuos ataques del presidente, demostrando que es una de las instituciones más confiables del país, y, con el trabajo realizado, dio cátedra de organización y eficiencia. Ahora el balón esta en la cancha del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a quien le tocará dirimir las controversias que se presenten derivadas de los resultados de la jornada electoral. El INE le dejó la vara muy alta, y le tocará demostrar que está a la altura de los mexicanos.

Si bien, el proceso concluirá hasta que las autoridades jurisdiccionales electorales dicten la última sentencia definitiva, podemos afirmar que la LXV Legislatura de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión será una Cámara muy plural, porque así lo decidió la ciudadanía, en evidente rechazo a las políticas públicas del gobierno, que nos han dejado más de 600 mil fallecidos por COVID-19, la pérdida de más de 12 millones de empleos, la peor caída económica en casi un siglo y la peor de América Latina, y lo más triste, la defunción de casi 2 mil niños que dejaron de recibir sus terapias contra el cáncer porque, debido a los recortes presupuestales, dejaron de comprarse los medicamentos necesarios para los tratamientos oncológicos de estos pequeños.

Morena no alcanzará la mayoría calificada ni aun con sus aliados pues perdió la cuarta parte de sus diputados, y además, estará a merced del partido Verde que, fiel a su costumbre, hará valer los votos de sus 44 diputados, lo que puede ser determinante para cambiar el rumbo del Poder Legislativo federal; por su parte la alianza opositora recuperó terreno: el PAN continuará siendo la segunda fuerza en la Cámara de Diputados, aumentando su presencia en 44% con 34 diputados más; el PRI recuperará 21 curules y el PRD sumará 5 diputados más. El PT perdió 8 diputados y Movimiento Ciudadano 1. Afortunadamente los partidos satélites de Morena no obtuvieron el 3% de la votación y perderán el registro. Algo es seguro, si se quiere avanzar, los diputados federales se verán obligados a dialogar.

Los mexicanos hablaron en las urnas y el mandato es más que obvio: ya no desean más imposiciones del presidente ni de su partido, hoy la exigencia es que estos servidores públicos recuerden que los representan y que están obligados a velar por los intereses de la gente, no por sus propios intereses o los de su grupo; los mexicanos quieren oportunidades, no dádivas, quieren acceso efectivo a la salud, a la seguridad, a la educación y al trabajo.

De los diputados de la alianza PAN-PRI-PRD, los ciudadanos no esperan menos. Nuevamente se les da la oportunidad de enmendar los errores cometidos y enderezar el camino.

El presidente, astuto como siempre, se ha dado cuenta de la debilidad de la situación en la que se encuentra, y que ya no podrá controlar al Poder Legislativo como lo venía haciendo, así que ha decidido coquetear con el PRI para lograr la tan ansiada mayoría calificada que le devuelva la paz y la seguridad de que puede seguir haciendo lo que bien le plazca con la ayuda del Congreso. Esperamos que los priistas no se dejen llevar por el canto de las sirenas porque la vida y la tranquilidad de los mexicanos está en sus manos. Confiemos en que respetarán la alianza legislativa que acordaron con el PAN y el PRD para ir juntos en la próxima legislatura federal, cuya finalidad es y debe ser velar por el bien común de los ciudadanos.

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