A los actuales presidentes municipales les queda un trimestre de su mandato. Y al menos los meses de junio y julio la ciudadanía seguirá en contingencia.
Hoy, para muchas de las alcaldesas y muchos de los alcaldes, el problema de la basura y los tiraderos a cielo abierto, prácticamente desapareció. Ese tema ya no les quita el sueño y por lo tanto, será uno de los retos de los próximos gobernantes municipales.
La movilidad ha disminuido, poco pero se ha logrado un avance en ese sentido. La contaminación se redujo.
Los baches ya no son una de las principales preocupaciones de la gente. Se ha ordenado el funcionamiento del Tuzobús. Hasta el huachicoleo bajó.
Digamos que este aislamiento social -que en Hidalgo no se cumple totalmente-, ha contribuido a reducir las preocupaciones para los actuales mandatarios municipales.
Sin embargo, muchos de esos asuntos mencionados, se convertirán en una bomba de tiempo para quienes gobiernen los 84 municipios en la próxima administración.
Cuando la gente salga nuevamente de casa y la circulación de vehículos se normalice, cuando los turistas lleguen nuevamente a Hidalgo, comenzarán los problemas administrativos.
Se darán cuenta que el gobierno federal redujo los recursos del Fortaseg y en consecuencia tendrán menos margen de maniobra para atender el tema de la seguridad.
Se percatarán de que muchos ciudadanos dejaron de pagar el predial, que se incrementó el número de deudores de agua y que los baches siguen ahí.
Comprenderán que el pago de la nómina consume un alto porcentaje de los recursos de que se dispone y que los sindicatos no están dispuestos a ceder prestaciones a cambio de mantener la fuente de empleo de sus representados.
Muchos serán los retos, las tareas no faltarán y las carencias crecerán.
Es por ello que se requerirá de hombres y mujeres que no sólo tengan las ganas y el deseo de convertirse en presidentes y presidentas municipales. Hidalgo y su gente necesitarán de ciudadanas y ciudadanos con conocí miento de la administración pública. Con proyecto de gobierno.
Mientras tanto, las alcaldesas y los alcaldes salientes deben estar preparando sus informes de labores. No sólo el correspondiente al tercer año, sino uno global del trienio. ¿Habrán cumplido todo lo que prometieron?
Seguramente habrá quienes sí lo hicieron. Y sin duda algunos otros quedarán a deber. Eso los juzgará la ciudadanía. Esperemos que no sean muchos los que en el futuro tengan la necesidad de salir por piernas de alguna colonia, para evitar que les reclamen no haber cumplido.
Y ya veremos cuántos de ellos y de ellas serán señalados por no haber ejercido adecuadamente los recursos públicos. Las autoridades correspondientes se encargarán de pedir cuentas a aquellas administraciones en las que se detecten irregularidades en el manejo del dinero del pueblo.