/ sábado 24 de octubre de 2020

El Palacio de la Autonomía

El concepto que impulsó su construcción es sencillo; idear, diseñar y construir edificios y estructuras donde se puedan desenvolver las actividades humanas, y que, a la vez, sean funcionales, perdurables y estéticamente valiosos.

Estamos ante uno de ellos, en la Ciudad de México.

Está construido en el número 12 de lo que fue la Calle de la imprenta, hoy Lic. Primo de Verdad, en el Centro Histórico de la capital de México. Ahí se yergue majestuoso un edificio que representa el espíritu de libertad.


En su interior, jóvenes estudiantes mexicanos lograron, en el año de 1929, la Autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Por ese histórico hecho se conoció a esta magnífica edificación como El Palacio de la Autonomía.


Testigo del acontecer durante cuatro siglos, este edificio cimentado sobre restos prehispánicos fue construido durante los siglos XVII, XVIII y XIX, la cantera destaca entre los elementos más sobrios de la construcción.


Su riqueza arquitectónica se puede admirar en sus puertas rematadas por arcos de medio punto, en los herrajes, escalinatas, pisos, escaleras, el frontón y sobre el patio de los naranjos un techado con un domo cónico que rompe con lo establecido en materia de arquitectura de aquellos tiempos.


Este edificio es el punto de encuentro entre el pasado y el presente de México.


Conmueve observar en el piso, vestigios reales de lo que construyó el imperio azteca antes de la llegada de los conquistadores.


La singular construcción fue sede de la primer Rectoría y protagonista del movimiento estudiantil que propició uno de los cambios más importantes para la mencionada institución educativa; la obtención de la autonomía.


En su historia, en la época colonial, fue sede del convento de Santa Teresa la Antigua, donde residía la orden de las Carmelitas Descalzas de San José. Luego de la expropiación de las Leyes de Reforma fue utilizado como cuartel y vecindad. Porfirio Díaz lo rescató e inauguró ahí la primera Escuela Normal de Maestros.


En el salón mas bello de la construcción, conocido como Paraninfo, fue firmado el documento en el que se decretó al autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México.


El esplendor de la obra arquitectónica va acorde a lo que sucede al interior de la misma, un espacio académico y de labor cultural.


En la actualidad alberga al Museo de la Autonomía Universitaria y La Fonoteca de Radio de la UNAM.


Si puede organice una visita y tendrá usted ante su vista, siglos de conocimiento.




El concepto que impulsó su construcción es sencillo; idear, diseñar y construir edificios y estructuras donde se puedan desenvolver las actividades humanas, y que, a la vez, sean funcionales, perdurables y estéticamente valiosos.

Estamos ante uno de ellos, en la Ciudad de México.

Está construido en el número 12 de lo que fue la Calle de la imprenta, hoy Lic. Primo de Verdad, en el Centro Histórico de la capital de México. Ahí se yergue majestuoso un edificio que representa el espíritu de libertad.


En su interior, jóvenes estudiantes mexicanos lograron, en el año de 1929, la Autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Por ese histórico hecho se conoció a esta magnífica edificación como El Palacio de la Autonomía.


Testigo del acontecer durante cuatro siglos, este edificio cimentado sobre restos prehispánicos fue construido durante los siglos XVII, XVIII y XIX, la cantera destaca entre los elementos más sobrios de la construcción.


Su riqueza arquitectónica se puede admirar en sus puertas rematadas por arcos de medio punto, en los herrajes, escalinatas, pisos, escaleras, el frontón y sobre el patio de los naranjos un techado con un domo cónico que rompe con lo establecido en materia de arquitectura de aquellos tiempos.


Este edificio es el punto de encuentro entre el pasado y el presente de México.


Conmueve observar en el piso, vestigios reales de lo que construyó el imperio azteca antes de la llegada de los conquistadores.


La singular construcción fue sede de la primer Rectoría y protagonista del movimiento estudiantil que propició uno de los cambios más importantes para la mencionada institución educativa; la obtención de la autonomía.


En su historia, en la época colonial, fue sede del convento de Santa Teresa la Antigua, donde residía la orden de las Carmelitas Descalzas de San José. Luego de la expropiación de las Leyes de Reforma fue utilizado como cuartel y vecindad. Porfirio Díaz lo rescató e inauguró ahí la primera Escuela Normal de Maestros.


En el salón mas bello de la construcción, conocido como Paraninfo, fue firmado el documento en el que se decretó al autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México.


El esplendor de la obra arquitectónica va acorde a lo que sucede al interior de la misma, un espacio académico y de labor cultural.


En la actualidad alberga al Museo de la Autonomía Universitaria y La Fonoteca de Radio de la UNAM.


Si puede organice una visita y tendrá usted ante su vista, siglos de conocimiento.