Acabo de leer el libro Saberes y Delirios, de José N. Iturriaga, que narra sobre la estancia del Barón Alexander Von Humboldt en México de 1803 a 1804. Este libro es una novela histórica escrita por Iturriaga que es un experto en viajeros que han visitado México desde la época de la Colonia. Este autor tiene un libro hidalguense que editó el Gobierno Estatal en la Administración del gobernador Adolfo Lugo Verduzco y que se llama Cinco Siglos por el Estado de Hidalgo. En este libro tuvimos algunos historiadores locales el gusto de participar a petición del gobernador Lugo en apoyo a Don Pepe Iturriaga, desde su génesis, es un excelente libro que involucra a todos los ilustres viajeros que se han dado a la tarea de visitar y de escribir sobre nuestro estado. Por supuesto que estos viajeros incluyen al barón de Humboldt.
El libro que terminé de leer se llama Saberes y Delirios, Una Novela sobre la aventura mexicana de Humboldt. Sus capítulos son los siguientes: Primera Parte: (así les nombra Iturriaga) De Acapulco a la Ciudad de México. Segunda Parte: La Ciudad de México Tercera Parte: Los Alrededores de la Ciudad de México Cuarta Parte: Viaje a Pachuca y Zona Minera Aledaña Quinta Parte: Viaje al Bajío Sexta Parte: De la Ciudad de México a Veracruz, 1804 Séptima Parte: Rumbo a La Habana. Como puede usted percatarse lector, lectora, es un recorrido muy completo, ya que las observaciones que hace Humboldt y sus dos acompañantes son muy interesantes. Iturriaga no se detuvo innecesariamente en tópicos científicos y geológicos, sino que se ha concentrado en las observaciones geográficas y de carácter social que hacían los viajeros, lo cual vuelve a la novela muy interesante al obviar tecnicismos.
Humboldt nos confirma la cruel forma de tratar los peninsulares a nuestros indígenas y a la gente menesterosa, circunstancias que favorecieron el Movimiento de Independencia, pocos años después. Sobre nuestra región de Pachuca y Real del Monte dice entre muchas otras cosas que: “Después de Pachuca se asciende hacia los bosques. La vista es fabulosa; entre robles y olivos crecen las rosas cubriendo el suelo…bajos los pinos hay numerosas especies de plantas”. Para beneplácito de Alexander, abundaban en esa región las geoformas o formaciones rocosas.
De caprichosas y sugerentes figuras, contemplaron las llamadas Centinela, Las Ventanas, El Fistol, Las Monjas, El Espejo, Panales, Crestón, La Bruja, Cruz Grande, Escondida, La Muela y por supuesto La Peña del Cuervo, Humboldt comentó: “Observen cómo la ubicación de los pinos permite adivinar el perfil de las cumbres rocosas. México posee aspectos de Canadá y Europa que asombran.…” Acompañaron a Humboldt el botánico, biólogo y naturalista francés Aimé Bonpland, treintañero como Humboldt y el quiteño Carlos Montúfar hombre muy apuesto que andaba en los veintitantos. Compre este libro y léalo, se lo recomiendo ampliamente.
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