/ jueves 4 de junio de 2020

El endoso de tratamiento de la pandemia

ACERVO


A la memoria de César Tovar Camargo, hombre libre y de buenas costumbres, conciliador, dotado de bonhomía y siempre bien informado, que hoy ha pasado a ocupar su columna en el eterno oriente; hidalguense que compartió con muchos de nosotros proyectos y responsabilidades. César fue un hombre generoso que abonó con su estudio y sabiduría permanente a mejorar las condiciones sociales de nuestra gente. Enfatizo abiertamente: un colaborador atingente de los últimos gobiernos estatales.

El pasado 1 de junio concluyó la llamada Jornada Nacional de Sana de Distancia emprendida por el Gobierno Federal. En otras palabras, a partir del pasado lunes formalmente la sociedad recibió la habilitación de determinadas actividades profesionales y de industria para comenzar el reinicio de las mismas.

Si bien es cierto que el Estado Mexicano inició estas autorizaciones, es muy importante recalcar que de ninguna manera nos encontramos como sociedad mexicana en una superación de la pandemia derivada por el virus Covid-19. Ha sido la propia autoridad sanitaria federal la encargada de endosar a los sistemas de salud estatales el control de la contingencia sanitaria. Así pues, cada gobernador será responsable de instrumentar y ejecutar toda política que haga frente a este virus, precisamente en el pico más alto de contagios.

Ese endoso de la federación a las entidades federativas todo protocolo hasta el día de hoy sobre el problema de referencia, sin duda ha dejado diversas opiniones y consideraciones en la sociedad mexicana. Para muchos representa un descobijo institucional, justo en el momento más crítico de la pandemia, en tanto que para otros es la posibilidad natural que tienen los servicios de salud estatales encabezados por su gobernador en turno para asistir y blindar de una vez por todas a sus sociedades.

Afortunadamente en Hidalgo, el gobierno de Omar Fayad ha desplegado un esquema robusto y marcadamente especializado para afrontar los retos permanentes que le exigen los contagios de coronavirus. Nuestra entidad naturalmente cuenta con un capital humano en la salud pública y privada que ha dado respuesta inmediata a cada solicitud de apoyo a lo largo de los 84 municipios. Las y los profesionales de la salud hidalguenses son motivo de orgullo local y nacional y a lo largo de cada uno de los ya casi cuatro meses de contagios, han estado clínica y moralmente cerca de los suyos.

Conozco a muchas personas que son trabajadores de la salud, personal médico, de enfermería, administrativo, directivo y logístico de cada unidad médica, pública o privada en Hidalgo, un cumplido reconocimiento por su humanismo, profesionalismo y valentía técnica-operativa.

Como sociedad hidalguense, hoy menos que nunca, debemos bajar la guardia y seguir a la medida de nuestras posibilidades el confinamiento que nos ha recomendado e instruido la autoridad estatal. Por supuesto que, conforme pasan los días, esta condición de resguardo se vuelve un auténtico reto, sobre todo a nivel patrimonial, pero la vida de nosotros, de nuestra familia y de nuestra comunidad lo justifica sobradamente. Hagamos pues, un esfuerzo adicional para seguir cuidándonos. La salud propia y la de todos es nuestro acervo.

ACERVO


A la memoria de César Tovar Camargo, hombre libre y de buenas costumbres, conciliador, dotado de bonhomía y siempre bien informado, que hoy ha pasado a ocupar su columna en el eterno oriente; hidalguense que compartió con muchos de nosotros proyectos y responsabilidades. César fue un hombre generoso que abonó con su estudio y sabiduría permanente a mejorar las condiciones sociales de nuestra gente. Enfatizo abiertamente: un colaborador atingente de los últimos gobiernos estatales.

El pasado 1 de junio concluyó la llamada Jornada Nacional de Sana de Distancia emprendida por el Gobierno Federal. En otras palabras, a partir del pasado lunes formalmente la sociedad recibió la habilitación de determinadas actividades profesionales y de industria para comenzar el reinicio de las mismas.

Si bien es cierto que el Estado Mexicano inició estas autorizaciones, es muy importante recalcar que de ninguna manera nos encontramos como sociedad mexicana en una superación de la pandemia derivada por el virus Covid-19. Ha sido la propia autoridad sanitaria federal la encargada de endosar a los sistemas de salud estatales el control de la contingencia sanitaria. Así pues, cada gobernador será responsable de instrumentar y ejecutar toda política que haga frente a este virus, precisamente en el pico más alto de contagios.

Ese endoso de la federación a las entidades federativas todo protocolo hasta el día de hoy sobre el problema de referencia, sin duda ha dejado diversas opiniones y consideraciones en la sociedad mexicana. Para muchos representa un descobijo institucional, justo en el momento más crítico de la pandemia, en tanto que para otros es la posibilidad natural que tienen los servicios de salud estatales encabezados por su gobernador en turno para asistir y blindar de una vez por todas a sus sociedades.

Afortunadamente en Hidalgo, el gobierno de Omar Fayad ha desplegado un esquema robusto y marcadamente especializado para afrontar los retos permanentes que le exigen los contagios de coronavirus. Nuestra entidad naturalmente cuenta con un capital humano en la salud pública y privada que ha dado respuesta inmediata a cada solicitud de apoyo a lo largo de los 84 municipios. Las y los profesionales de la salud hidalguenses son motivo de orgullo local y nacional y a lo largo de cada uno de los ya casi cuatro meses de contagios, han estado clínica y moralmente cerca de los suyos.

Conozco a muchas personas que son trabajadores de la salud, personal médico, de enfermería, administrativo, directivo y logístico de cada unidad médica, pública o privada en Hidalgo, un cumplido reconocimiento por su humanismo, profesionalismo y valentía técnica-operativa.

Como sociedad hidalguense, hoy menos que nunca, debemos bajar la guardia y seguir a la medida de nuestras posibilidades el confinamiento que nos ha recomendado e instruido la autoridad estatal. Por supuesto que, conforme pasan los días, esta condición de resguardo se vuelve un auténtico reto, sobre todo a nivel patrimonial, pero la vida de nosotros, de nuestra familia y de nuestra comunidad lo justifica sobradamente. Hagamos pues, un esfuerzo adicional para seguir cuidándonos. La salud propia y la de todos es nuestro acervo.