/ miércoles 31 de julio de 2019

El combate a la pobreza no se censura

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) es un órgano descentralizado de la Administración Pública Federal que, por sus funciones, se encuentra vinculado o sectorizado a la Secretaría del Bienestar. En términos muy amplios, el CONEVAL coadyuva en la delineación de políticas públicas en materia de desarrollo social, además de ser el órgano encargado de medir la pobreza.

En efecto, medir los índices de su pobreza es una de sus funciones. Funciones que llevan a cabo integrado por académicos investigadores elegidos mediante convocatoria pública.

Por un lado, hacemos énfasis en que son elegidos de forma abierta, transparente, desde la parte académica con un prestigio y una trayectoria reconocida, de tal manera, que su actuar esté basada en aspectos democráticos que, como ya sabemos con un ejemplo tras otro, es algo que le causa un enorme escozor a la 4T, ya que es a ese grupo de personas a quienes no pueden manipular a su antojo.

Por otro lado, destacamos la labor que hacen respecto a la medición de la pobreza, ya que, a últimas fechas, lejos de trabajar para cambiar indicadores negativos, se busca desaparecer o ignorar a los organismos encargados de decirnos cómo vamos y que tan mal o tan bien lo hemos hechos tanto en el aspecto económico como en el desarrollo social.

Y es que hace unos días se destituyó al Secretario Ejecutivo del organismo acusándolo de percibir un salario que rebasa los 200 mil pesos mensuales, lo cual fue desmentido de inmediato por el ex titular. Ello además de señalar al CONEVAL como un organismo que no conoce la gente y que fue creada con base en políticas neoliberales.

Ello llevó a un amago por desaparecer el organismo para después matizarlo en una simple “austerización” de la institución para hacerlo más funcional, no sin antes decir que su medición debe cambiar porque ya no se encuentran políticas neoliberales en el actual gobierno.

Lo único cierto es que la simple declaración descalificadora del CONEVAL no solo no abona a combatir la pobreza, sino que la banaliza y la pretende llevar al campo de las decisiones unipersonales donde las políticas públicas sigan atendiendo a intenciones electoreras como ellos mismos han acusado en el pasado.

Contar con organismos como el CONEVAL es fundamental para reglar las acciones gubernamentales y para determinar el rumbo que toma el país, sin embargo, la política actual está basada no en mejorar las situaciones de la ciudadanía, sino mejor en desaparecer a todos los organismos medidores de la economía, el desarrollo y el combate a la pobreza, por el simple hecho de no decir lo que la cúpula quiere.

Desaparecer el CONEVAL es, de nuevo, atentar contra la democracia, atentar contra el combate a la pobreza, atentar contra la academia y atentar contra el pueblo que tanto se dicen proteger. Si seguimos a este ritmo pronto contaremos sólo con una institución, sí, con la de “su alteza serenísima”.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) es un órgano descentralizado de la Administración Pública Federal que, por sus funciones, se encuentra vinculado o sectorizado a la Secretaría del Bienestar. En términos muy amplios, el CONEVAL coadyuva en la delineación de políticas públicas en materia de desarrollo social, además de ser el órgano encargado de medir la pobreza.

En efecto, medir los índices de su pobreza es una de sus funciones. Funciones que llevan a cabo integrado por académicos investigadores elegidos mediante convocatoria pública.

Por un lado, hacemos énfasis en que son elegidos de forma abierta, transparente, desde la parte académica con un prestigio y una trayectoria reconocida, de tal manera, que su actuar esté basada en aspectos democráticos que, como ya sabemos con un ejemplo tras otro, es algo que le causa un enorme escozor a la 4T, ya que es a ese grupo de personas a quienes no pueden manipular a su antojo.

Por otro lado, destacamos la labor que hacen respecto a la medición de la pobreza, ya que, a últimas fechas, lejos de trabajar para cambiar indicadores negativos, se busca desaparecer o ignorar a los organismos encargados de decirnos cómo vamos y que tan mal o tan bien lo hemos hechos tanto en el aspecto económico como en el desarrollo social.

Y es que hace unos días se destituyó al Secretario Ejecutivo del organismo acusándolo de percibir un salario que rebasa los 200 mil pesos mensuales, lo cual fue desmentido de inmediato por el ex titular. Ello además de señalar al CONEVAL como un organismo que no conoce la gente y que fue creada con base en políticas neoliberales.

Ello llevó a un amago por desaparecer el organismo para después matizarlo en una simple “austerización” de la institución para hacerlo más funcional, no sin antes decir que su medición debe cambiar porque ya no se encuentran políticas neoliberales en el actual gobierno.

Lo único cierto es que la simple declaración descalificadora del CONEVAL no solo no abona a combatir la pobreza, sino que la banaliza y la pretende llevar al campo de las decisiones unipersonales donde las políticas públicas sigan atendiendo a intenciones electoreras como ellos mismos han acusado en el pasado.

Contar con organismos como el CONEVAL es fundamental para reglar las acciones gubernamentales y para determinar el rumbo que toma el país, sin embargo, la política actual está basada no en mejorar las situaciones de la ciudadanía, sino mejor en desaparecer a todos los organismos medidores de la economía, el desarrollo y el combate a la pobreza, por el simple hecho de no decir lo que la cúpula quiere.

Desaparecer el CONEVAL es, de nuevo, atentar contra la democracia, atentar contra el combate a la pobreza, atentar contra la academia y atentar contra el pueblo que tanto se dicen proteger. Si seguimos a este ritmo pronto contaremos sólo con una institución, sí, con la de “su alteza serenísima”.