/ sábado 11 de diciembre de 2021

El 28 de diciembre de 1836, España reconoció la Independencia de México

PASO A DESNIVEL


La lucha por la Independencia de México llegó a su final el 27 de septiembre de 1821, ese día el Ejército Trigarante hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México.

De inmediato se firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.

Sin embargo, el reconocimiento por parte de España a la nueva nación se dio el 28 de diciembre de 1836 mediante la firma del Tratado Santa María-Calatrava.

Los antecedentes son que la monarquía española había desconocido tres documentos; el Plan de Iguala, los Tratados de Córdoba y el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.

Sin embargo luego del Acta independentista del Imperio Mexicano y tras varios años de negociaciones diplomáticas, la reina María Cristina de Borbón viuda de Fernando VII así como el entonces presidente de México, José Justo Corro, acordaron respetarse como naciones independientes.

Los ministros José María Calatrava, representante del gobierno español, y Miguel Santa María, del gobierno de México, firmaron en Madrid, España, el reconocimiento de la separación de Nueva España y la paz entre ambos países.

El documento subrayaba como uno de los principales objetivos “olvidar para siempre las pasadas diferencias y disecciones por las cuales desgraciadamente han estado tanto tiempo interrumpidas las relaciones de amistad y buena armonía entre ambos pueblos”. Y agrega; “Llamados naturalmente a llamarse como hermanos por sus antiguos vínculos de unión, de identidad de origen, y de recíprocos intereses, resuelven, en beneficio mutuo, restablecer y asegurar permanentemente dichas relaciones por medio de un tratado definitivo de paz y amistad sincera”.

El documento señala que la reina gobernadora de España, reconoció como nación libre, soberana e independiente a a República Mexicana. Sobre el tema del comercio el documento destaca que “los comerciantes que viajen por los dos territorios gozarán de la más perfecta seguridad en sus personas y propiedades, y estarán exentos de todo servicio forzoso en las Fuerzas Armadas”.

También subraya que habría total olvido de las deudas, y una amistad general y completa para todos los mexicanos y españoles, sin excepción alguna.

Este fue el tratado definitivo de paz y amistad ratificado por ambos gobiernos, reestableciendo las relaciones diplomáticas bilaterales con las que inició el nuevo destino de ambas naciones en el concierto internacional.

PASO A DESNIVEL


La lucha por la Independencia de México llegó a su final el 27 de septiembre de 1821, ese día el Ejército Trigarante hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México.

De inmediato se firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.

Sin embargo, el reconocimiento por parte de España a la nueva nación se dio el 28 de diciembre de 1836 mediante la firma del Tratado Santa María-Calatrava.

Los antecedentes son que la monarquía española había desconocido tres documentos; el Plan de Iguala, los Tratados de Córdoba y el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.

Sin embargo luego del Acta independentista del Imperio Mexicano y tras varios años de negociaciones diplomáticas, la reina María Cristina de Borbón viuda de Fernando VII así como el entonces presidente de México, José Justo Corro, acordaron respetarse como naciones independientes.

Los ministros José María Calatrava, representante del gobierno español, y Miguel Santa María, del gobierno de México, firmaron en Madrid, España, el reconocimiento de la separación de Nueva España y la paz entre ambos países.

El documento subrayaba como uno de los principales objetivos “olvidar para siempre las pasadas diferencias y disecciones por las cuales desgraciadamente han estado tanto tiempo interrumpidas las relaciones de amistad y buena armonía entre ambos pueblos”. Y agrega; “Llamados naturalmente a llamarse como hermanos por sus antiguos vínculos de unión, de identidad de origen, y de recíprocos intereses, resuelven, en beneficio mutuo, restablecer y asegurar permanentemente dichas relaciones por medio de un tratado definitivo de paz y amistad sincera”.

El documento señala que la reina gobernadora de España, reconoció como nación libre, soberana e independiente a a República Mexicana. Sobre el tema del comercio el documento destaca que “los comerciantes que viajen por los dos territorios gozarán de la más perfecta seguridad en sus personas y propiedades, y estarán exentos de todo servicio forzoso en las Fuerzas Armadas”.

También subraya que habría total olvido de las deudas, y una amistad general y completa para todos los mexicanos y españoles, sin excepción alguna.

Este fue el tratado definitivo de paz y amistad ratificado por ambos gobiernos, reestableciendo las relaciones diplomáticas bilaterales con las que inició el nuevo destino de ambas naciones en el concierto internacional.