/ viernes 29 de julio de 2022

Después de la calma puede que haya tempestad en Hidalgo

Avanza sin contratiempos la entrega-recepción del gobierno del estado. Los días transcurren y los equipos encargados de la llamada transición se ocupan de llevar y traer legajos que contienen los detalles de las acciones de gobierno y el gasto que para ello se realizó.

La mayoría de las miradas están puestas en cuánto dinero se desvió, el mayor interés es saber cuánto se robaron en una o en otra dependencia (si es que lo robaron) y si es que habrá aprehensiones de quienes aún son funcionarios de gobierno.

Pero quienes reciben no deben dejar de lado la obligada verificación del cumplimiento de metas y objetivos en los programas de trabajo.

De nada sirve que se haya comprobado correctamente el ejercicio presupuestal si no hubo resultados, si no se cumplió con la ciudadanía. Seguramente eso también vale la pena informarlo y hasta sancionarlo.

¿Cuántas cosas habrán quedado truncas? ¿En cuantas de ellas se invirtió dinero que ya no se recuperará porque no se terminarán?

Por lo pronto se puede decir que se trata de una entrega-recepción tersa que, a decir del mandatario estatal en funciones, Omar Fayad, y del gobernador electo, Julio Menchaca, no encubrirá a nadie.

Normalmente decimos que después de la tempestad viene la calma, pero en esta ocasión todo indica que tras la calma que se vive podría venir la tempestad… pero sólo para quienes no hayan hecho bien las cosas. ¿Habrá quienes las hayan hecho mal?

Ya se verá en su momento.


PODRÍA SER EL AÑO DE JUÁREZ

Hace mucho tiempo se hablaba del Año de Hidalgo en referencia al último año de un gobierno estatal o federal, en el que supuestamente había funcionarios que se llevaban hasta la silla que ocuparon durante su encargo.

Hoy eso es cada vez menos posible como consecuencia de la alternancia y de los avances que se han registrado en materia de transparencia, así como en el combate a la corrupción.

Y hoy Hidalgo está por comenzar una nueva etapa. Se acabó la hegemonía priista y la entidad será gobernada por Morena y sus aliados. Viene la cuatroté y una de las figuras emblemáticas que utiliza es la de Benito Juárez.

Por ello es que quizá ahora haya que bautizar al primer año de gobierno de Julio Menchaca Salazar como el Año de Juárez, ya que será en ese periodo en que se informe de aquellos casos en que se haya detectado corrupción, malos manejos del dinero público e incumplimiento del programa de trabajo gubernamental, secretaría por secretaría.


EL CONGRESO Y LA SUCESIÓN

En el Congreso local deben andar hechos bola, toda vez que sólo faltan 38 días antes de que ocurra la toma de posesión del nuevo gobernador del estado de Hidalgo y aunque muchas de las cosas no las decidirán quienes forman parte de dicho cuerpo legislativo, sin duda deberán aprobarlas para implementarlas, lo cual requerirá de acuerdos.

Y dicho sea de paso, precisamente se habla de que la ceremonia de sucesión sería en la Plaza Juárez, en el corazón de Pachuca, capital hidalguense.

En consecuencia será interesante observar a las y los congresistas locales durante las próximas dos semanas.

Avanza sin contratiempos la entrega-recepción del gobierno del estado. Los días transcurren y los equipos encargados de la llamada transición se ocupan de llevar y traer legajos que contienen los detalles de las acciones de gobierno y el gasto que para ello se realizó.

La mayoría de las miradas están puestas en cuánto dinero se desvió, el mayor interés es saber cuánto se robaron en una o en otra dependencia (si es que lo robaron) y si es que habrá aprehensiones de quienes aún son funcionarios de gobierno.

Pero quienes reciben no deben dejar de lado la obligada verificación del cumplimiento de metas y objetivos en los programas de trabajo.

De nada sirve que se haya comprobado correctamente el ejercicio presupuestal si no hubo resultados, si no se cumplió con la ciudadanía. Seguramente eso también vale la pena informarlo y hasta sancionarlo.

¿Cuántas cosas habrán quedado truncas? ¿En cuantas de ellas se invirtió dinero que ya no se recuperará porque no se terminarán?

Por lo pronto se puede decir que se trata de una entrega-recepción tersa que, a decir del mandatario estatal en funciones, Omar Fayad, y del gobernador electo, Julio Menchaca, no encubrirá a nadie.

Normalmente decimos que después de la tempestad viene la calma, pero en esta ocasión todo indica que tras la calma que se vive podría venir la tempestad… pero sólo para quienes no hayan hecho bien las cosas. ¿Habrá quienes las hayan hecho mal?

Ya se verá en su momento.


PODRÍA SER EL AÑO DE JUÁREZ

Hace mucho tiempo se hablaba del Año de Hidalgo en referencia al último año de un gobierno estatal o federal, en el que supuestamente había funcionarios que se llevaban hasta la silla que ocuparon durante su encargo.

Hoy eso es cada vez menos posible como consecuencia de la alternancia y de los avances que se han registrado en materia de transparencia, así como en el combate a la corrupción.

Y hoy Hidalgo está por comenzar una nueva etapa. Se acabó la hegemonía priista y la entidad será gobernada por Morena y sus aliados. Viene la cuatroté y una de las figuras emblemáticas que utiliza es la de Benito Juárez.

Por ello es que quizá ahora haya que bautizar al primer año de gobierno de Julio Menchaca Salazar como el Año de Juárez, ya que será en ese periodo en que se informe de aquellos casos en que se haya detectado corrupción, malos manejos del dinero público e incumplimiento del programa de trabajo gubernamental, secretaría por secretaría.


EL CONGRESO Y LA SUCESIÓN

En el Congreso local deben andar hechos bola, toda vez que sólo faltan 38 días antes de que ocurra la toma de posesión del nuevo gobernador del estado de Hidalgo y aunque muchas de las cosas no las decidirán quienes forman parte de dicho cuerpo legislativo, sin duda deberán aprobarlas para implementarlas, lo cual requerirá de acuerdos.

Y dicho sea de paso, precisamente se habla de que la ceremonia de sucesión sería en la Plaza Juárez, en el corazón de Pachuca, capital hidalguense.

En consecuencia será interesante observar a las y los congresistas locales durante las próximas dos semanas.