/ sábado 17 de agosto de 2019

DAVID ALFARO SIQUEIROS, EL CORONELAZO

El arte debe de tener un compromiso social. Debe de ser algo más que el pretexto para la contemplación y la reflexión, el arte de provocar “algo”; decisiones.


La pintura, la escultura, la música, el teatro, la danza, la literatura y la arquitectura, han sido reflejo y manifestación de una época, y también una forma de propagar las ideas políticas.


Los grandes artistas han sido militantes de una causa. No solo se han dejado halagar por los contratos y ganancias económicas que dejan sus obras.


Uno de estos artistas de gran compromiso político y social fue el pintor David Alfaro Siqueiros.


El artista no concebía la realización del arte sin emitir su mensaje político. Iniciando la década de los años 20, trabajó como muralista en el gobierno de Álvaro Obregón, la meta era educar al pueblo a través de un arte libre, gratuito, desacralizado e independiente y eliminando el acartonamiento de los museos.


Fue junto a Diego Rivera y José Clemente Orozco, uno de los tres grandes muralistas del arte mexicano.


David Alfaro Siqueiros fue un hombre consecuente con sus ideas y, siendo un adolescente, participó en la Revolución Mexicana entre 1914 y 1918.


Luego fundó y perteneció al Partido Comunista de México.


Impulsó también la fundación del Sindicato de Pintores, Escultores y grabadores de México y publicó manifiestos proclamando la necesidad de un nuevo arte revolucionario.


Un día, estando en Nueva York, partió en 1937 a España, que sufría una Guerra Civil.

En un principio el viaje únicamente consistía en la difusión de sus ideas estéticas mediante la celebración de conferencias y exposiciones, pero no dudó en alistarse como voluntario para defender la República.


Se cree que el también comunista Rafael Alberti, influyó en esta decisión del mexicano.


En este escenario se incorporó como Teniente Coronel en el Ejército Popular y se colocó temporalmente al mando de la 82ª Brigada Mixta en el Frente de Teruel.


Posteriormente, al mando de la 46ª Brigada, se desplegaron en el frente de Extremadura y más tarde en la 29º División.


Sin embargo, pese al optimismo inicial, regresó a México en 1938 cuando la causa republicana se supo perdida. Esta decepción le animó de nuevo a continuar la lucha mediante sus pinceles que había abandonado.


Una muestra de ello es su autorretrato, “El Coronelazo”.

En esta obra, el objetivo principal de David Alfaro era dejar en claro que la finalidad del hombre es la de combatir para conseguir la libertad política, en contra del fascismo.

El arte debe de tener un compromiso social. Debe de ser algo más que el pretexto para la contemplación y la reflexión, el arte de provocar “algo”; decisiones.


La pintura, la escultura, la música, el teatro, la danza, la literatura y la arquitectura, han sido reflejo y manifestación de una época, y también una forma de propagar las ideas políticas.


Los grandes artistas han sido militantes de una causa. No solo se han dejado halagar por los contratos y ganancias económicas que dejan sus obras.


Uno de estos artistas de gran compromiso político y social fue el pintor David Alfaro Siqueiros.


El artista no concebía la realización del arte sin emitir su mensaje político. Iniciando la década de los años 20, trabajó como muralista en el gobierno de Álvaro Obregón, la meta era educar al pueblo a través de un arte libre, gratuito, desacralizado e independiente y eliminando el acartonamiento de los museos.


Fue junto a Diego Rivera y José Clemente Orozco, uno de los tres grandes muralistas del arte mexicano.


David Alfaro Siqueiros fue un hombre consecuente con sus ideas y, siendo un adolescente, participó en la Revolución Mexicana entre 1914 y 1918.


Luego fundó y perteneció al Partido Comunista de México.


Impulsó también la fundación del Sindicato de Pintores, Escultores y grabadores de México y publicó manifiestos proclamando la necesidad de un nuevo arte revolucionario.


Un día, estando en Nueva York, partió en 1937 a España, que sufría una Guerra Civil.

En un principio el viaje únicamente consistía en la difusión de sus ideas estéticas mediante la celebración de conferencias y exposiciones, pero no dudó en alistarse como voluntario para defender la República.


Se cree que el también comunista Rafael Alberti, influyó en esta decisión del mexicano.


En este escenario se incorporó como Teniente Coronel en el Ejército Popular y se colocó temporalmente al mando de la 82ª Brigada Mixta en el Frente de Teruel.


Posteriormente, al mando de la 46ª Brigada, se desplegaron en el frente de Extremadura y más tarde en la 29º División.


Sin embargo, pese al optimismo inicial, regresó a México en 1938 cuando la causa republicana se supo perdida. Esta decepción le animó de nuevo a continuar la lucha mediante sus pinceles que había abandonado.


Una muestra de ello es su autorretrato, “El Coronelazo”.

En esta obra, el objetivo principal de David Alfaro era dejar en claro que la finalidad del hombre es la de combatir para conseguir la libertad política, en contra del fascismo.