/ domingo 19 de diciembre de 2021

Cravioto y Vasconcelos y la creación de la SEP

Aquí deje el tema la semana pasada: Dice Vasconcelos: “En el Senado, Alfonso Cravioto, el poeta, se encargó de apresurar los trámites (para la creación de la SEP). Obraba como poeta, amigo de la cultura, pero también procuraba señalarse como obsecuente al nuevo régimen porque había sido bonillista y carranclán y pretendía sincerarse. En el fondo seguía de incondicional y se preparaba para la hora de los “yes men”, hombres que dicen que sí al que manda, hora que pronto volvería a sonar.

Cravioto obtuvo que la nueva dependencia del ejecutivo tuviese tercero o cuarto lugar en categoría de protocolo, por encima de Guerra y otras más y esto con grave resentimiento de no pocos ministros y muchos políticos que, no habiendo podido evitar que la Secretaría se creara deseaban que ocupara el último lugar en la lista oficial, a pretexto de que era recién creada.

No fue así porque los tiempos eran de simpatía por la cultura.” Siempre he querido contestar estas letras de Vasconcelos en donde si bien reconoce que en el Senado donde había oposición a crear la Secretaría, Cravioto fue su baluarte, que consiguió la creación y la posición de la Secretaría en el protocolo en buen lugar, pero no deja este político de tratar de ensuciar el prestigio de Cravioto diciendo que “había sido bonillista y carranclán” y en realidad había que decir que Cravioto era obsecuente con los proyectos educativos y culturales. No andaba buscando puesto ni chamba, como sí lo hacía Vasconcelos que después perdió el piso y quiso ser candidato a la presidencia de la república llevando a sus seguidores a un gran entusiasmo para después abandonarlos cuando el sistema le cerró el paso e impuso a Pascual Ortiz Rubio.

Todo mundo pensó que Vasconcelos se lanzaría a una protesta nacional ya que contaba con un gran número de jóvenes y partidarios dispuestos a dar la vida si era necesario, pero Vasconcelos corrió y abandonó a sus seguidores. Además el decir que Cravioto era “carranclán” era un halago ya que Don Alfonso siempre fue Carrancista y de los leales. Nunca traicionó a Don Venustiano y al contrario se arriesgó a seguir en la política en la época de los asesinatos a quienes no eran parte del grupo de Obregón. A Cravioto lo respetaban todos por su bonhomía y sencillez y en cambio a Vasconcelos lo perjudicó mucho su enorme soberbia como si fuera el único brillante intelectual en un país en donde hay brillantes intelectuales cada década y brillan por muchos años.

Creo que Vasconcelos lo que le tenía a Cravioto era envidia y celos, ya que la vida posterior de ambos nos demuestra que Cravioto siguió siendo un brillante Embajador, Poeta y Escritor y nunca buscó la gubernatura de Hidalgo ni puestos públicos. Al final de su pródiga vida fue Senador otra vez en 1955, año en que murió. En cambio Vasconcelos estuvo muchos años en el exilio y regresó amargado y resentido para no volver a brillar más.

Aquí deje el tema la semana pasada: Dice Vasconcelos: “En el Senado, Alfonso Cravioto, el poeta, se encargó de apresurar los trámites (para la creación de la SEP). Obraba como poeta, amigo de la cultura, pero también procuraba señalarse como obsecuente al nuevo régimen porque había sido bonillista y carranclán y pretendía sincerarse. En el fondo seguía de incondicional y se preparaba para la hora de los “yes men”, hombres que dicen que sí al que manda, hora que pronto volvería a sonar.

Cravioto obtuvo que la nueva dependencia del ejecutivo tuviese tercero o cuarto lugar en categoría de protocolo, por encima de Guerra y otras más y esto con grave resentimiento de no pocos ministros y muchos políticos que, no habiendo podido evitar que la Secretaría se creara deseaban que ocupara el último lugar en la lista oficial, a pretexto de que era recién creada.

No fue así porque los tiempos eran de simpatía por la cultura.” Siempre he querido contestar estas letras de Vasconcelos en donde si bien reconoce que en el Senado donde había oposición a crear la Secretaría, Cravioto fue su baluarte, que consiguió la creación y la posición de la Secretaría en el protocolo en buen lugar, pero no deja este político de tratar de ensuciar el prestigio de Cravioto diciendo que “había sido bonillista y carranclán” y en realidad había que decir que Cravioto era obsecuente con los proyectos educativos y culturales. No andaba buscando puesto ni chamba, como sí lo hacía Vasconcelos que después perdió el piso y quiso ser candidato a la presidencia de la república llevando a sus seguidores a un gran entusiasmo para después abandonarlos cuando el sistema le cerró el paso e impuso a Pascual Ortiz Rubio.

Todo mundo pensó que Vasconcelos se lanzaría a una protesta nacional ya que contaba con un gran número de jóvenes y partidarios dispuestos a dar la vida si era necesario, pero Vasconcelos corrió y abandonó a sus seguidores. Además el decir que Cravioto era “carranclán” era un halago ya que Don Alfonso siempre fue Carrancista y de los leales. Nunca traicionó a Don Venustiano y al contrario se arriesgó a seguir en la política en la época de los asesinatos a quienes no eran parte del grupo de Obregón. A Cravioto lo respetaban todos por su bonhomía y sencillez y en cambio a Vasconcelos lo perjudicó mucho su enorme soberbia como si fuera el único brillante intelectual en un país en donde hay brillantes intelectuales cada década y brillan por muchos años.

Creo que Vasconcelos lo que le tenía a Cravioto era envidia y celos, ya que la vida posterior de ambos nos demuestra que Cravioto siguió siendo un brillante Embajador, Poeta y Escritor y nunca buscó la gubernatura de Hidalgo ni puestos públicos. Al final de su pródiga vida fue Senador otra vez en 1955, año en que murió. En cambio Vasconcelos estuvo muchos años en el exilio y regresó amargado y resentido para no volver a brillar más.