/ jueves 17 de septiembre de 2020

Conmemoración Patriótica

El Gobernador Omar Fayad encabezó el pasado miércoles por la noche, la ceremonia alusiva al 210 aniversario del Grito de Independencia proclamado por Don Miguel Hidalgo y Costilla. Esta conmemoración tuvo una connotación marcadamente histórica en virtud de que se llevó a cabo en el marco de la trágica pandemia sanitaria derivada por el virus COVID-19 que nos ha azotado en todo el planeta.

En una circunstancia de alto patriotismo y de respeto a la coyuntura que vivimos, el mandatario hidalguense dio cauce a esta ceremonia con la sobriedad que exigen nuestros días actuales. Acompañado de los representantes de los Poderes Legislativo y Judicial, del General de la Décimo Octava Zona Militar y de la Presidenta del Consejo Municipal de Pachuca, arengó “los vivas” a los héroes nacionales, teniendo como un marcado énfasis el justo reconocimiento al personal médico, de enfermería y científicos que están dando la batalla en torno a dos vertientes para hacerle frente al Coronavirus, uno el del control en su atención y el otro en la investigación para desarrollar y contar con la vacuna para su cura. Muchos en nuestras casas agregamos el grito de: “¡Que vivan y se salven nuestros enfermos!”, puesto que muchas familias se encuentran aisladas por prevención y recomendación médica.

Hidalgo fue el primer lugar en donde se conmemoró el Grito de Independencia. Huichapan y su Chapitel, fueron testigos de cómo miles de hidalguenses confluyeron el 15 de septiembre de 1812 al llamado de Ignacio López Rayón, Andrés Quintana Roo y Julián Villagrán, en torno a recordar la gesta independista del movimiento libertador mexicano.

Hidalgo, 208 años después de aquella noche vivida en Huichapan, tuvo una noche distinta. Sin el júbilo ni el clamor popular de los festejos. Esta vez previa convocatoria de las autoridades estatales, se conminó a la sociedad civil a que permanecieramos en nuestras casas y no acudiéramos a las plazas principales de los 84 municipios, en aras de salvaguardar la integridad y evitar conglomeraciones.

Como parte de todos estos eventos protocolarios de Estado, no debe de dejar de soslayarse la correlación social que exigió de nuestras autoridades, reconfigurar por completo la dinámica y logística usualmente empleada para ceremonias de esta naturaleza tan relevante. La vida misma nos ha cambiado a todas y todos, teniendo que adoptar nuevos esquemas de organización de nuestras actividades rutinarias y el Estado mexicano no ha sido ajeno a esta nueva normalidad o nueva realidad.

Hacia adelante queda el continuar con el esfuerzo de cada hidalguense en torno a primeramente seguir cuidando de su salud, así como las de sus familias y después el de continuar atendiendo cada recomendación y disposición oficial surgida desde los tres niveles de gobierno, en los rubros médicos, epidemiológicos y por supuesto aquellos de desarrollo económico y social.

La conmemoración de nuestra independencia nacional en este 2020 ha sido también la conmemoración a la vida y obra de cada uno de los mexicanos e hidalguenses, amigos y parientes, que hoy desafortunadamente ya no se encuentran con nosotros derivado de este lacerante virus. Esta conmemoración patriótica debe verse también como aquel momento en que debe de patentizar la unidad y la concordia social, asumiendo también que debemos constituirnos como patriotas y defender legítimamente nuestras libertades conquistadas.

México e Hidalgo hacia el futuro requieren de sociedad y gobiernos, una interlocución eficaz orientada a mejorar todas las condiciones humanas, en la unidad y en la concordia nacional, a las que aspiramos por derecho constitucional.

El Gobernador Omar Fayad encabezó el pasado miércoles por la noche, la ceremonia alusiva al 210 aniversario del Grito de Independencia proclamado por Don Miguel Hidalgo y Costilla. Esta conmemoración tuvo una connotación marcadamente histórica en virtud de que se llevó a cabo en el marco de la trágica pandemia sanitaria derivada por el virus COVID-19 que nos ha azotado en todo el planeta.

En una circunstancia de alto patriotismo y de respeto a la coyuntura que vivimos, el mandatario hidalguense dio cauce a esta ceremonia con la sobriedad que exigen nuestros días actuales. Acompañado de los representantes de los Poderes Legislativo y Judicial, del General de la Décimo Octava Zona Militar y de la Presidenta del Consejo Municipal de Pachuca, arengó “los vivas” a los héroes nacionales, teniendo como un marcado énfasis el justo reconocimiento al personal médico, de enfermería y científicos que están dando la batalla en torno a dos vertientes para hacerle frente al Coronavirus, uno el del control en su atención y el otro en la investigación para desarrollar y contar con la vacuna para su cura. Muchos en nuestras casas agregamos el grito de: “¡Que vivan y se salven nuestros enfermos!”, puesto que muchas familias se encuentran aisladas por prevención y recomendación médica.

Hidalgo fue el primer lugar en donde se conmemoró el Grito de Independencia. Huichapan y su Chapitel, fueron testigos de cómo miles de hidalguenses confluyeron el 15 de septiembre de 1812 al llamado de Ignacio López Rayón, Andrés Quintana Roo y Julián Villagrán, en torno a recordar la gesta independista del movimiento libertador mexicano.

Hidalgo, 208 años después de aquella noche vivida en Huichapan, tuvo una noche distinta. Sin el júbilo ni el clamor popular de los festejos. Esta vez previa convocatoria de las autoridades estatales, se conminó a la sociedad civil a que permanecieramos en nuestras casas y no acudiéramos a las plazas principales de los 84 municipios, en aras de salvaguardar la integridad y evitar conglomeraciones.

Como parte de todos estos eventos protocolarios de Estado, no debe de dejar de soslayarse la correlación social que exigió de nuestras autoridades, reconfigurar por completo la dinámica y logística usualmente empleada para ceremonias de esta naturaleza tan relevante. La vida misma nos ha cambiado a todas y todos, teniendo que adoptar nuevos esquemas de organización de nuestras actividades rutinarias y el Estado mexicano no ha sido ajeno a esta nueva normalidad o nueva realidad.

Hacia adelante queda el continuar con el esfuerzo de cada hidalguense en torno a primeramente seguir cuidando de su salud, así como las de sus familias y después el de continuar atendiendo cada recomendación y disposición oficial surgida desde los tres niveles de gobierno, en los rubros médicos, epidemiológicos y por supuesto aquellos de desarrollo económico y social.

La conmemoración de nuestra independencia nacional en este 2020 ha sido también la conmemoración a la vida y obra de cada uno de los mexicanos e hidalguenses, amigos y parientes, que hoy desafortunadamente ya no se encuentran con nosotros derivado de este lacerante virus. Esta conmemoración patriótica debe verse también como aquel momento en que debe de patentizar la unidad y la concordia social, asumiendo también que debemos constituirnos como patriotas y defender legítimamente nuestras libertades conquistadas.

México e Hidalgo hacia el futuro requieren de sociedad y gobiernos, una interlocución eficaz orientada a mejorar todas las condiciones humanas, en la unidad y en la concordia nacional, a las que aspiramos por derecho constitucional.