/ jueves 28 de enero de 2021

Adquisición de vacunas por los Estados

ACERVO


De acuerdo con mediciones de diversos ámbitos de la vida pública en nuestro país, fuentes en todos los casos comprobables, se estima que aproximadamente cada minuto un mexicano muere derivado del contagio de COVID-19. En el conteo oficial por parte de la Secretaría de Salud del Gobierno de México, se tiene registrada una cifra superior a los 150,000 fallecimientos por esta causa con 1,700 muertes promedio en un día jornada de 24 horas y ante esto, mucho se ha referenciado que existe un subregistro de cuando menos tres veces menos los casos verdaderos de mexicanos que lamentablemente han perdido la vida a causa de este lacerante virus, el más invasivo en los últimos 100 años para la humanidad.

Todos los números oficiales al respecto arrojan la clasificación de decesos confirmados por COVID-19, a aquellos casos en un paciente, previo diagnóstico y posterior atención de tratamiento en unidades hospitalarias tanto públicas como privadas, finalmente le haya sido declarado su fallecimiento. En los días recientes hemos conocido por información directa de las autoridades de en materia de salud tanto federal como estatales de los índices de ocupación en su red hospitalaria, conminándonos en todo momento a seguir preservando el confinamiento y repliegue social, así como a evitar la movilidad innecesaria entre nuestras rutinas de actividades diarias.

Se infiere también conforme a valoraciones de diversas ONG´s, instituciones universitarias, cámaras empresariales y conglomerados sociales, qué muchas muertes están ocurriendo directamente en los domicilios de la sociedad mexicana, sin siquiera haber sido registrados por las autoridades sanitarias que se encuentran en la denominada “primera línea de batalla” y qué por el contrario existe una alarmante alza de los números totales. Los datos del sector salud pudieran contrastarse con los reportes decesos qué reporta la industria funeraria a lo largo del territorio nacional y con los datos del Registro Nacional de Población respecto a las cancelaciones de las Claves Únicas del Registro de Población (CURP) por fallecimiento.

En medio del recrudecimiento de los contagios y muertes confirmadas por Coronavirus hacia finales de 2020 y el inicio de este año 2021, ha existido ya la primera esquematización en la aplicación de la vacuna para hacerle frente a esta enfermedad infecciosa, según el propio encuadre que la ha dado la Organización Mundial de la Salud. Desde hace unos días se conoció públicamente de la llegada México de los primeros lotes de vacunas de laboratorios trasnacionales como Pfizer, así como las denominadas “precompras” de dosis a AstraZeneca y Cancino, todas encaminadas a en una primera fase, vacunar al personal de la salud que diariamente se encuentra sorteando loablemente las extenuantes jornadas de atención médica a pacientes COVID.

El tiempo apremia, la salud de millones de mexicanas y mexicanos exige que se encuentre el vehículo logístico idóneo para vacunar al mayor grupo poblacional posible en el menor tiempo posible, tan claro como complejo a la vez. En Hidalgo afortunadamente existen proyecciones alentadoras para ese fin bajo la estrategia que delinea diariamente el gobernador Omar Fayad quien en ese sentido en los trabajos de la reunión virtual de la CONAGO con el gobierno federal propuso que se tome en cuenta a las entidades federativas para que puedan adquirir vacunas contra el COVID-19 en otros países y con ello apoyar la Estrategia Nacional de Vacunación

ACERVO


De acuerdo con mediciones de diversos ámbitos de la vida pública en nuestro país, fuentes en todos los casos comprobables, se estima que aproximadamente cada minuto un mexicano muere derivado del contagio de COVID-19. En el conteo oficial por parte de la Secretaría de Salud del Gobierno de México, se tiene registrada una cifra superior a los 150,000 fallecimientos por esta causa con 1,700 muertes promedio en un día jornada de 24 horas y ante esto, mucho se ha referenciado que existe un subregistro de cuando menos tres veces menos los casos verdaderos de mexicanos que lamentablemente han perdido la vida a causa de este lacerante virus, el más invasivo en los últimos 100 años para la humanidad.

Todos los números oficiales al respecto arrojan la clasificación de decesos confirmados por COVID-19, a aquellos casos en un paciente, previo diagnóstico y posterior atención de tratamiento en unidades hospitalarias tanto públicas como privadas, finalmente le haya sido declarado su fallecimiento. En los días recientes hemos conocido por información directa de las autoridades de en materia de salud tanto federal como estatales de los índices de ocupación en su red hospitalaria, conminándonos en todo momento a seguir preservando el confinamiento y repliegue social, así como a evitar la movilidad innecesaria entre nuestras rutinas de actividades diarias.

Se infiere también conforme a valoraciones de diversas ONG´s, instituciones universitarias, cámaras empresariales y conglomerados sociales, qué muchas muertes están ocurriendo directamente en los domicilios de la sociedad mexicana, sin siquiera haber sido registrados por las autoridades sanitarias que se encuentran en la denominada “primera línea de batalla” y qué por el contrario existe una alarmante alza de los números totales. Los datos del sector salud pudieran contrastarse con los reportes decesos qué reporta la industria funeraria a lo largo del territorio nacional y con los datos del Registro Nacional de Población respecto a las cancelaciones de las Claves Únicas del Registro de Población (CURP) por fallecimiento.

En medio del recrudecimiento de los contagios y muertes confirmadas por Coronavirus hacia finales de 2020 y el inicio de este año 2021, ha existido ya la primera esquematización en la aplicación de la vacuna para hacerle frente a esta enfermedad infecciosa, según el propio encuadre que la ha dado la Organización Mundial de la Salud. Desde hace unos días se conoció públicamente de la llegada México de los primeros lotes de vacunas de laboratorios trasnacionales como Pfizer, así como las denominadas “precompras” de dosis a AstraZeneca y Cancino, todas encaminadas a en una primera fase, vacunar al personal de la salud que diariamente se encuentra sorteando loablemente las extenuantes jornadas de atención médica a pacientes COVID.

El tiempo apremia, la salud de millones de mexicanas y mexicanos exige que se encuentre el vehículo logístico idóneo para vacunar al mayor grupo poblacional posible en el menor tiempo posible, tan claro como complejo a la vez. En Hidalgo afortunadamente existen proyecciones alentadoras para ese fin bajo la estrategia que delinea diariamente el gobernador Omar Fayad quien en ese sentido en los trabajos de la reunión virtual de la CONAGO con el gobierno federal propuso que se tome en cuenta a las entidades federativas para que puedan adquirir vacunas contra el COVID-19 en otros países y con ello apoyar la Estrategia Nacional de Vacunación